jueves, 28 de junio de 2012

Un excelente libro sobre la masonería y el trabajo masónico

Francis Frankeski o la poética del buen oficio.

Es fácil encontrarse últimamente con  una gran profusión de informaciones relacionadas con la masonería, a través de publicaciones, vídeos, páginas webs, blogs,  etc. Entre ellas  abundan  los textos que hablan del trabajo en una Logia, también sobre los distintos Ritos y  la práctica ritual. Paradójicamente, muchos están escritos por masones que no se caracterizan por asistir con frecuencia a su taller, otros que ya no lo son e incluso por personas que no pertenecen a la masonería y que jamás han presenciado el desarrollo de una tenida. Todos  intentan desentrañar con mayor o menor fortuna  el misterio que embarga a aquellos que comparten el trabajo en un Taller Masónico. 
Relatar una emoción no es tarea fácil. En el caso que nos ocupa, para empezar hay que ser un iniciado, es decir una persona que pertenezca a la Masonería, además debe estar comprometida con sus ideales, tener una sensibilidad especial y , como no, saber contarlo. Porque expresar un sentimiento profundo es casi tan difícil como describir un amanecer.
Francis Frankeski sorprende gratamente. Este miembro de Le Droit Humain, transmite a través  de  hermosas palabras la sensación que compartimos dentro de una Logia, esa comunión equilibrada entre lo material y lo espiritual que consigue trasladarnos a otro tiempo, en otro lugar. A través de un relato claro y concreto, de una manera notable, va  introduciéndonos en el verdadero espíritu  que debe presidir un buen trabajo masónico, capaz de crear entre sus miembros sólidos lazos de unión y forjando  la cadena que los une a la vez que avanzan en la construcción del templo de la humanidad
Frankeski no se conforma con describir admirablemente el ánimo que nos distingue como iniciados, también  cuenta con rigor no desprovisto de elegancia, el buen uso las herramientas necesarias para un buen trabajo:  la escuadra, el compás, los malletes, el cincel, la plomada, la regla.... A través de ellas articula el proceso del trabajo de la logia, de los oficiales y de sus responsabilidades; el buen hacer en cada oficio,  la importancia de las Obediencias, de los Ritos y la práctica correcta de los rituales, desvelando con la experiencia que da haberlo vivido, los matices más sutiles de la práctica de la masonería. Pero también nos alerta de los peligros de la ambición personal, de las actitudes desprovistas de significado y de la falta de compromiso.  Recalcando la importancia del trabajo en común a través del silencio, la fuerza de  la palabra y el verdadero sentido de la fraternidad.

La Logia es descrita como un microcosmos, símbolo y esquema del ser humano, donde cada una de sus facetas se ve reflejada en una acción, en un oficio, en una actitud. Una particularidad de este libro es estar escrito por un miembro de Le Droit Humain, que practica  sus rituales, y  ceremonias y que ha aprendido el oficio en esta particular escuela de pensamiento.   Muestra una manera de hacer propia de una orden con más de 110 años de existencia, nacida del ideal de nuestros Fundadores: Maria Deraismes y Georges Martin que combatieron con las ideas para lograr la igualdad entre los seres humanos sin distinción de raza, sexo o condición social, extendiendo a través de esa lucha una verdadera conciencia universal.

Este libro explica bien lo que hacemos y es bueno para todos nosotros; lo recomendaría especialmente a los maestros de las logias y como no, a las personas que se acercan a la masonería .
Felicitaciones  a la Fundacion María Deraismes por haber tomado la  decisión de publicar libros escritos mayoritariamente por miembros de nuestra Orden y a Francis Frankeski por regalarnos un hermoso tiempo de lectura.

Antonio Ceruelo
Pasado G.M. Adj. O.M.M.I. Le Droit Humain.

Para comprar el libro sin gastos de envío: TRISQUELION LIBROS.

1 comentario:

sagasta dijo...

El sabado lo compré y ayer domingo lo leí...magnífico, muy recomendable...

Gran reflejo de una logía...desde luego muchos HH.·. deberían leerlo...aunque no compartas la vision.

Saludos,