viernes, 30 de marzo de 2012

Lo sagrado y lo profano


Por estos lares de la Masonería, continuamente estamos haciendo referencias a lo profano y lo sagrado, y cuando medito sobre lo que oigo lo primero que se me bien a la cabeza, por asociación de ideas, es la  contraposición entre lo religioso y lo laico, porque, en general, cuando se nos propone una reflexión no se nos pide una opinión contraponiendo dos términos, lo primero que se nos ocurre, generalmente, es buscar entre ellos las oposiciones, los enfrentamientos o las disimilitudes, las desemejanzas, las oposiciones.

Y pensando como un laico ortodoxo, casi ultraortodoxo, cuando hablamos de sagrado y profano parece que se nos propone una reflexión entre lo divino y lo humano; entre la fe y la razón y el trabajo se plantea muy difícil, si queremos entrar en filosofías profundas, o muy fácil si tan solo queremos echar mano de la definición de nuestra obediencia y del título del trabajo desarrollado por la misma a lo largo del año pasado: liberalidad y laicidad.

Pero la referencia a las discusiones que al respecto ha habido en mi taller, me incitan a encontrar otro camino de reflexión distinto a la contraposición entre lo religioso y lo laico, porque no he entendido que en los debates que se han suscitado al respecto estuviéramos usando las acepciones que las palabras sagrado y profano tienen en ese sentido; ni sería lógico que en una Obediencia que nos titulamos liberal y desde la que propugnamos la laicidad, estuviésemos definiéndonos como opositores a aquellos que tienen creencias religiosas o fían en lo sagrado.

Cuando hablo con mi compañera sobre la masonería, con frecuencia hace referencia a por qué a los no masones y al mundo no masónico los llamamos profanos, al entender que ese término es vejatorio; ocasión que yo aprovecho para decirle que no es ningún insulto decir de alguien o reconocerse por alguien como profano en algún tema, ya que la palabra profano tan solo hace referencia al que carece de conocimientos o autoridad en una materia. ¡Eureka!

Aquí está la reflexión que más tranquilo me deja cuando pienso en sagrado y profano: No se puede contraponer sagrado a profano en masonería por que, mientras que sagrado es aquello que es digno de veneración o respeto: nuestra historia, los hermanos y hermanas, libertad, igualdad, fraternidad, …, profano es carente de conocimiento.

Tan solo si admitimos que estamos usando el término sagrado como calificativo de lo digno de veneración por su carácter divino, relacionado con fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas, hallaríamos contraposición en profano en tanto que adjetiva a lo no sagrado sino puramente secular, libertino o inmodesto.

En masonería podemos hablar de profano en contraposición a iniciado pero en ningún caso, salvo que convirtiéramos nuestra obediencia en una opción teísta, en contraposición a sagrado.

He dicho

José Ángel de la Fuente Lozano

lunes, 26 de marzo de 2012

Carta a la juventud


Querida amiga, querido amigo, hace algún tiempo, no demasiado, escribía sobre la vigencia de la masonería en nuestros días. Hoy quiero incidir en esa cuestión dirigiéndome  a la juventud, a una juventud que quizás nos ve como algo anacrónico pero que, estoy convencido, si nos conociera realmente estoy seguro que se sentiría atraido por nuestra filosofía de vida.

Es posible que algunas de nuestras costumbres y tradiciones te resulten anacrónicas, ¿qué sentido tiene ver a hombres y mujeres ataviados con mandiles y guantes blancos mientras que, mediante la ténica de la construcción, piedra a piedra, idea a idea, tratan de elaborar un discurso común sobre cualquier tema que el taller haya decidido? ¿tienen algún sentido las fórmulas empleadas para comunicarse, la manera en la que circula la palabra? Desde luego que lo tiene y es algo que se aprehende en el momento en el que se practica con regularidad y cuyo profundo significado llega a captarse poco a poco en nuestro caminar por los senderos de la masonería.

En cualquier caso todo eso sería algo que aprenderías si algún día llegas a interesarte por nuestra manera de trabajar hasta el extremo de que llegues a iniciarte en masonería. Hoy quiero hablarte de otra cuestión que se entenderá más fácilmente y que podríamos resumir, parafraseando la tan manida frase, en "Es la ética ......"

No se trata de una cuestión baladí el asunto este de la ética masónica, es en mi modesta opinión quizás lo más importante de todom nuestro trabajo, llegar a acomodar nuestra vida a esa ética que nace de nuestra divisa Libertad, Igualdad, Fraternidad y que tan difícil resulta poner en práctica en nuestros días cuando los valores que habían servido hasta no hace demasiado tiempo se han ido trastocando en el individualismo insolidario, la lucha por llegar arriba -¿Qué es arriba?- a costa de lo que sea y como sea, la hipervaloración de la posesión, casi más aún al acumulación, de bienes perfectamente  prescindibles en su inmensa mayoría, la idealización del triunfo -¿Qué es el triunfo?- rápido y a costa del menor esfuerzo posible.

Podría seguir la lista pero creo que ya sabes de qué estoy hablando, me entiendes perfectamente. Son todas esas cosas que ves día a día y que no te gustan, es más las consideras deleznables y tratas de luchar contra ellas. Te gustaría encontrar referentes y mirando en derredor la verdad es que no encuentras demasiados, a la utopía hace mucho que han renunciado aquellas organizaciones sociales que entendían que tal cosa era lo que nos podría llevar a un mundo mejor, el humanismo es un pensamiento en franco desuso -¿Qué es eso del ser humano?- así que la verdad te queda poco donde elegir o a donde dirigirte. La masonería la ves, como decía al principio, como algo anacrónico aunque quizás deberías preguntarte si la conoces más allá de estereotipos, lugares comunes e informaciones carentes de la menor base cierta. Atrévete, cruza la puerta y busca la utopía, estamos aquí y hay algunas cuetsiones que no nos resultan extrañas: la utopía de un mundo mejor en base a los principios de nuestra divisa que dejaba más arriba, la ética basada en los valores del humanismo, la razón por encima del dogma, la fraternidad que no la caridad, la igualdad realmente practicada.

Piénsatelo, quizás podamos enseñarte algo según el método masónico que, en muy pocas palabras, se traduce en yo te enseño y de ti aprendo.


jueves, 22 de marzo de 2012

El compomiso de una aprendiz masón


Entiendo que el compromiso de una persona con algo o con alguien tiene múltiples connotaciones e impactos: consigo misma, con su entorno y con la sociedad. Si a esto añadimos el hecho de formar parte de la fraternidad masónica, el Compromiso debe escribirse en mayúsculas.

¿Por qué?, muy fácil de entender: desde el momento en que eres iniciado o iniciada, desde el mismo instante en que haces el primer juramento, o cuando se te cae la venda y ves frente a ti a los HH.·. y HHnas.·., se produce un cambio radical en una misma: hay un antes y un después en cada uno de nosotros. Y éste después es, desde ese instante, el inicio de toda una nueva vida para vivirla como tal, como masona, con todo lo que ello significa y con todo lo que ello implica.
Para empezar, ser un eslabón más en la cadena de unión. O, dicho de otra manera, unirse a otras piezas más en la construcción de la Humanidad.

Teniendo estas connotaciones presentes es por lo que viví con interés a la vez que con ansiedad, cada paso que fui dando desde que solicité el ingreso en la O.M.M.I. Le Droit Humain, firmé los primeros documentos, hice las aplomaciones o realicé el Pase Bajo Venda

Recuerdo bien esa noche, después de salir de la ceremonia. Habían pasado casi dos horas y las piernas aún me temblaban. Yo sabía bien lo qué me estaba pasando: acaba de adquirir un gran compromiso: conmigo misma (y seré yo la que mejor sepa en qué grado lo estaré cumpliendo verdaderamente), con mis HH. Y HHnas y por tanto la Obediencia y con la sociedad en su conjunto, para la que trabajo en ayudar a conseguir el fin último de la M.: el progreso de la Humanidad.

Estaba segura que no había dado un paso equivocado, previamente había buscado, leído y estudiado el “ideario” de la organización de la que deseaba pertenecer.

Compartía los valores en que se sustentaba:
  • Libertad y tolerancia
  • Igualdad y responsabilidad
  • Fraternidad y solidaridad
  • Compromiso de ayuda al otro
  • Búsqueda de la verdad

Tenía entendido que practicaba: 
  • La cortesía y respeto al otro
  • La escucha activa
  • La no invocación de dogmas
  • El estudio e instrucción permanente
  • La entrega incondicional
  • El permitir el librepensamiento y el intercambio de opiniones
  • El autoanálisis o conocimiento personal

Hasta aquí, digamos, conocía inicialmente la teoría de la “asociación” en la que estaba entrando. Tras la ceremonia de la Iniciación, se añadieron otras informaciones recogidas en el Memento y los Reglamentos, que sumaban elementos desconocidos hasta ese momento e imprescindible para el trabajo que iniciaba, así como un matiz más al recién adquirido juramento: el estudiarlo, aprenderlo y practicarlo debidamente.

Pero rescato la respuesta a ¿eres masón?: “mis hermanos y hermanas me reconocen como tal”.

Si me van a reconocer como tal es porque he de ejercitar y practicar, el compromiso con el Taller, la Logia y con la propia Obediencia:
  • Participando activamente, más allá de la asistencia a las tenidas. Desde un primer momento yo sabía que tenía que “rescatar” minutos de mi vida para el estudio, los trabajos, la colaboración en diversas tareas internas o externas al Taller. No me daba miedo, tan sólo se trataba de no lanzarme impulsivamente sino de manera organizada, a la vez que constante.
  • Preocupándome por el estado y las necesidades de mis HH y HHnas. Colaborando con ellos en la medida de mis posibilidades, Aportando ayuda de diferente tipo, no sólo económica, sino logística, intelectual…Generando y manteniendo lazos fraternales; posibilitando conocer a otros HH.y HHas, con los que compartir, tanto momentos de trabajo o rituales, como espacios de ocio y encuentros personales.
Todo esto incorporado a la práctica cotidiana, no debe vivirse como un esfuerzo sino algo habitual en la vida de esta “nueva persona”. Entiendo que ya no eres como antes de la I.·., ahora, ese compromiso personal y voluntariamente adquirido, ejerce una función de “supervisor” de una misma. Cada acción que realizas debe ser diferente a la que hacías antes de entrar en Masonería.
 
Nuestras respuestas, nuestra actitud hacia determinadas vivencias, ante determinados problemas sociales, económicos…deben mirarse y vivirse con otras lentes distintos. Ahora, no podemos dejar pasar las cosas de cualquier manera. No, estamos comprometidos con la Humanidad, con su Progreso y eso, no se hace de manera abstracta, sino sumando fuerzas, añadiendo pequeñas acciones sumatorias a otras tantas, alzando la voz ante las situaciones injustas o frente a la conculcación de los derechos sociales, económicos y culturales de toda o parte de la humanidad.

Ser masona me compromete cada día, cada instante, siento que la cadena que me une a mis hermanos y hermanas me genera obligaciones y, a la vez, me nutre de compensaciones. La fundamental: el tenerles, el saber que están ahí para enseñarme, ayudarme, orientarme. Para disfrutar de muchos instantes de aprendizaje, de confidencias, de debate…

¿Hay algún otro compromiso que compense tanto?.

He dicho

Candela

lunes, 19 de marzo de 2012

Carta de un masón al Papa


Washington, D.C.
 
Estimado Señor Pacelli:

Como bautista y como jefe ejecutivo de la más grande y poderosa nación del mundo, en la cual todos me llaman simplemente Señor Truman, no puedo dirigirme a Ud. como Su Santidad, titulo que solo pertenece a DIOS.


Nosotros, en los Estados Unidos de América, consideramos a todos los hombres iguales delante de Dios y nos dirigimos a ellos por sus verdaderos nombres. Por eso mismo es que me dirijo a Ud. simplemente como señor Pacelli.
El pueblo que me eligió su Jefe Ejecutivo es una nación democrática , amiga de la paz, por lo tanto mi deber es conseguir la cooperación de aquellos que realmente hayan dado pruebas de desear la Paz y de trabajar para conseguirla, no de los que gritan paz y fomentan la guerra. No creo que Ud. ni su iglesia estén entre los que verdaderamente desean la paz y trabajan por ella.  
En primer lugar , nuestros antepasados fundadores de esta gran nación, conocedores por la historia de la naturaleza de vuestra iglesia amante de la política y de la guerra, sentaron como principio de nuestro gobierno no permitir vuestra intromisión en nuestros asuntos de gobierno.
Aprendieron bien esa lección en la historia de Europa y , por eso, estamos convencidos de que nuestra democracia durará mientras no aceptemos vuestra intromisión, como lo hicieron los gobiernos de Europa a quienes enredasteis con vuestras doctrinas e intrigas políticas. Thomas Jefferson , uno de los mas sabios de nuestro país, dijo esto mismo cuando lo declaró : " La historia no nos muestra ningún ejemplo de pueblo alguno manejado por el clero que haya tenido un gobierno civil y libre ".
Por eso es usted la última persona en el mundo que pueda enseñarme la forma de dirigir a mi pueblo por el camino de la paz.
Para refrescar su memoria le recordaré algunos hechos de su predecesor en el Vaticano el Papa Pío XI, el iniciador de toda agresión fascista en los tratados de Letran, celebrados con Mussolini en 1929. Este fue el principio de la traición a la civilización cristiana. Fue este el comienzo de los horrores que sufrieron Europa y el mundo, cuyas consecuencias estamos sufriendo todavía.
Un notable escritor e historiador de mis país, Lewis Munford (que no es comunista , ni odia a los católicos), escribió lo siguiente en su libro " Faith For Living", que publicó en 1940: "La traición al mundo cristiano se efectuó claramente en 1929 con el concordato celebrado con Mussolini y el Papa". Dice algo más: "Desafortunadamente los propósitos del fascismo están en gran conflicto con los de una república libre, como es la de los Estados Unidos de América.
En este tratado la Iglesia Católica......fue su aliada, una potente aliada, de las fuerzas de la destrucción".
En esa época muy pocos de los que vivimos en los Estados Unidos conocíamos la verdadera naturaleza del fascismo, como ud. y el Papa XI lo conocían, pues fueron los que fomentaron la guerra y aliaron su iglesia a él ( el fascismo).
Usted mismo fue especialmente preparado, como joven sacerdote y como diplomático de la Iglesia, para el propósito especifico de ayudar a Alemania a prepararse para la Guerra Mundial.
Usted y el Káiser urdieron en Suiza las intrigas contra los aliados durante la primera guerra mundial. Usted estuvo doce años en Alemania en donde tomó parte de la ascensión de Hitler al poder, habiendo celebrado acuerdos con él y con el execrado Von Papen, un segundo Papa, que ayudo a Hitler a tomar el poder y puso firma con la del Cardenal Eugenio Pacelli y la de Hitler en el Concordato con el Vaticano, firmado en 1933.
Nadie creerá jamás que usted ignorase el complot de Hitler y sus nazis estaban preparado contra nosotros. El propio biógrafo católico dice que ud. , durante esos años era " el hombre informado del Reich".
Después de la firma del Concordato por ud. y por Von Papen y de hacer aspersiones con agua bendita a Hitler dándole la " impresión" de que resucitaba, Von Papen, que logró escapar de Nuremberg, se jactaba en la siguiente forma: "el tercer Reich es el primer poder que no solamente reconoce sino que pone en práctica los altos principios del papado".
Vuestros cardenales y obispos bendijeron en Roma las armas de guerra de los soldados enviados contra indefensos etíopes. Vuestro cardenal Schuester, de Milán, proclamó el robo de Etiopia como una cruzada santa " para llevar en triunfo a Etiopia la Cruz de Cristo" . Mientras tanto sigue Ud. llamando a su iglesia "la iglesia de Dios" y pretende que yo, como jefe de un estado civil, le admita a Ud. como superior a mi y al pueblo de los Estados Unidos de América. Ud. habla con palabras melosas sobre justicia y al mismo tiempo hace sonar los tambores para otra guerra , tal vez más terrible que las dos ultimas, contra Rusia que nos ayudo a derrotar a Hitler y Mussolini.
Usted está incitando a los Estados Unidos para que cuando antes declare la guerra a Rusia, usando los mismos métodos empleados por Hitler para lograr la solidez de sus detestables y diabólicos regímenes.
Usted quiere que desperdiciemos nuestro dinero y que enviemos a nuestros jóvenes a una muerte horrible, que sobre los cadáveres de Hitler y de Mussolini terminemos la lucha que aquellos empezaron con ayuda suya y a quienes nosotros derrotamos. Si, Estados Unidos de América desean la Paz, pues de todas las naciones solamente nosotros quedamos con alguna prosperidad y decencia.
Somos el baluarte de las libertades democráticas protestantes. Si nosotros, o la Inglaterra protestante, nos debilitásemos vuestra CULTURA CATÓLICA tendría una oportunidad para gobernar otra vez el mundo haciéndolo retroceder a la Edad Media. Si perdiésemos o nos debilitásemos con la guerra que Ud. está provocando contra Rusia, fácilmente procuraría el Vaticano una alianza con ella. Su predecesor el Papa Pío XI , declaró públicamente que el haría pacto CON EL DIABLO MISMO , si conviniese a los intereses de la Iglesia. Por lo tanto, señor Pacelli, es mi deber como Jefe de este país predominantemente protestante, rechazar sus propuestas a guisa de alianza, de pacto de paz . " Los que comen en el plato en que el Diablo está comiendo, deben usar una cuchara muy larga".
Continuaré mi labor para lograr y mantener la paz como buen bautista, conservando los honrados principios protestantes que hicieron poderosa nuestra nación y trabajando por ellos.
Sinceramente suyo,
HARRY S. TRUMAN
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA

jueves, 15 de marzo de 2012

De la conveniencia de hacer Política y no política


Es una de las máximas de la tradición masónica, en las logias la política y la religión son dos temas proscritos. Son cosas del buen pastor Anderson que no reflejan más que los problemas a los que se enfrentaba la Inglaterra de principios del XVIII. A pesar del  tiempo transcurrido hay Hermanas y Hermanos que se empecinan en mantener la prohibición a rajatabla.

Bien está lo de la religión, para que hablar de ella personas para quienes los dogmas son algo a proscribir de sus vidas por ser contrarios a la razón y, si alguno necesita de ese sostén espiritual, que mejor que dedicarse a él de modo privado. Tengo mis dudas sobre lo que atañe a la política, bueno no las tengo por cuanto estoy plenamente convencido de la necesidad de que los masones hablemos de política, hagamos política, en nuestras logias y fuera de ellas aunque eso sí, sin confundir la Política con la política aunque en tal "pecado" se suele caer con más frecuencia de la deseable.

Hacer Política supone que nos interesan los problemas de la sociedad en la que vivimos y que además, por lo que atañe a los miembros de Le Droit Humain, supone además cumplir el deseo de nuestros fundadores: construir un templo al Progreso de la Humanidad y trabajar para conseguir sociedades más libres, igualitarias y fraternas. Es decir aplicar la divisa masónica por excelencia de LIBERTAD, IGUALDAD y FRATERNIDAD y que no necesita de ninguno de los añadidos que algunos se empeñan en adosar últimamente no siendo más que una redundancia por ir implícita en la primera palabra de nuestro lema.

Cuando hablo de la necesidad de que hagamos Política no me refiero a que salgamos a la palestra a dar nuestra opinión, sobre tal o cual tema mediante un comunicado que en nada se diferencia del que haría cualquier partido político. El masón, no cuando habla a título personal que puede opinar como le parezca más conveniente aunque cuidando de dejar meridianamente claro que sus palabras son suyas, ni de la Obediencia ni de la Logia a las que pertenece, suyas y nada más que suyas. La opinión de un ciudadano.

Cuando quien habla es una Obediencia o una  Logia, ha de medirse covenientemente lo que se dice por varias razones. Una, que no todos sus miembros  han de tener la misma línea ideológica de pensamiento, lo raro sería que hubiese unanimidad. Dos, que no somos el remedo de un partido político o un sindicato. Deslizarse por el terraplén de la política partidista supone dejar de lado uno de los principios de la masonería, "unir aquello que está disperso".

Por otra parte, cuando se olvida la principal característica de la masonería, el componente iniciático, estamos cambiando de carril, no es posible la existencia de masonería sin ese componente y este a su vez es incompatible con la asunción de posiciones que, yendo más allá de planteamientos éticos, entren en el terreno de la confrontación política. O de la propaganda que de todo hay.

He dicho


martes, 13 de marzo de 2012

Mesas redóndas de la Federación francesa de la Masonería Mixta sobre lo "Mixto".

Mesas redondas realizadas por la Federación francesa de Le Droit Humain - El Derecho Humano el 18 de enero del 2012 con el título Etats Généraux de la Mixité


Table ronde N°1 : MIXITE ET POLITIQUE
Mixité et politique
 - Anne HIDALGO, Maire Adjoint de la ville de PARIS
- Bernard REYGROBELLET, Président du Club Nouveau Siècle
- Sénatrice Hélène CONWAY, Représentante des Français de l’étranger
 - Janine MOSSUZ LAVAU, Directrice de recherche CNRS du Centre de Recherches Politiques de Sciences Po. Paris


Table ronde N°2: MIXITE ET RELIGION
Watch live streaming video from droithumainfrance at livestream.com
Mixité et religion
 - Philippe GAUDIN, philosophe
 - Dounia BOUZAR, anthropologue
- Ghaleb BENCHEIKH, docteur ès sciences et physicien Table ronde



N°3 : MIXITE ET TRAVAIL
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Mixité et monde du travail
 - Mme LAIGO Laurence, Secrétaire National de la CFDT
 - Monsieur Joseph MACE SCARON, Directeur adjoint de Marianne
- Jane MEJIAS, Sociologue - Marie-France MONEGER, Inspecteur général de la police nationale. Directeur adjoint à la direction de ressources humaines et des compétences de la Police Nationale



Table ronde N°4: MIXITE, GENRE, FAMILLE, EDUCATION
Watch live streaming video from droithumainfrance at livestream.com

Mixité famille éducation genre 
  - Jean-Didier VINCENT, Professeur à l'Institut universitaire de France et à la Faculté de médecine de Paris-Sud, directeur de l'Institut de neurobiologie Alfred Fessard du CNRS.
 - Cynthia FLEURY, Philosophe et Sociologue
 - Asma GUENIFI, Présidente de « Ni Putes Ni Soumises»
 - Dominique SOPO, S.O.S. Racisme

sábado, 10 de marzo de 2012

Acerca del simbolismo


Si en algo estamos de acuerdo las diferentes obediencias masónicas, liberales o regulares; masculinas, femeninas o las que practicamos el trabajo  hombres y mujeres conjuntamente y en plena igualdad, es en la utilización del método simbólico.

El término símbolo, su definición, ha hecho correr ríos de tinta. Digamos simplemente que se trata, mediante el uso de elementos perceptibles por nuestros sentidos, de aludir a una realidad, un contexto, en ocasiones  confuso para que cada cual encuentre su propia significación.

Podemos tomar a este respecto lo escrito por Françoise Dolito en su libro La difficulté de vivre. Señala en él la importancia de la función simbólica que reside sin ninguna duda en el hecho de que escapa a toda definición en el tiempo y en espacio. Según esta autora: cualquier cosa puede ser una señal para el ser humano. Este puede servirse de cualquiera  que se repita como un medio de acción sobre otro ser humano mediante el que llevar a cabo una articulación sensorial que memorialice la señal que acompaña al hecho original. Todo ser humano tiene entonces, a través del simbolismo, el medio para actuar sobre otros, despertando en ellos una resonancia sensorial receptora concordante con la suya.

Podemos, también, evocar símbolos personales: un música, un pañuelo, que trae para alguien determinado alguna situación vivida ( en Proust, en Por el camino de Swann: el amor). Podemos hablar de símbolos propios de un conjuntos de personas más amplio: La canción del partisano, por ejemplo, cuya música por si sola nos trae a la mente un conjunto de situaciones. Podemos hablar de símbolos de contenido más universal, como la noche, el día, las estrellas. Quien quiera que participe de este último sistema simbólico formará parte, sin encontrarse necesariamente en total comunión con el resto de los partícipes, de una experiencia compartida.

En Masonería, algunos símbolos se repetirán de manera constante y serán como el signo de esa común experiencia, una emoción compartida a través del tiempo, los países, los idiomas. El simbolismo sirve así de cimiento entre los masones a través de los continentes y las generaciones. Por tanto podemos afirmar que el simbolismo es capaz de remontar las contradicciones y reducir las discrepancias.

La Masonería especulativa (término utilizado para distinguirla del oficio de la construcción) utiliza de manera abundante el simbolismo ligado a tal quehacer.

La relación entre la Masonería moderna y los constructores no ha sido aún claramente probada y las investigaciones en este sentido tampoco aportan gran cosa a la andadura masónica.

Permanece el simbolismo, ligado a las herramientas, que es muy evidente. Evoca la aventura emprendida  por los seres humanos que, desde los tiempos más remotos se han esforzado por domar la naturaleza, remontar obstáculos, proporcionar sentido a su vida.

También es cierto que el método simbólico permite a cada cual explorar los sistemas de concordancias o más bien de las analogías. Búsqueda individual, por supuesto, que se inicia en una suerte de ensoñación silenciosa permitiendo el descubrimiento de nuevos conocimientos en situaciones ya conocidas. Deberemos, en cualquier caso, ser prudentes ya que como en todo asunto en nos involucramos como seres humanos siempre es posible que nos desviemos del camino correcto.

Thérèse  Willekens

Traducido y adaptado del libro "Lettres a Valerie au sujet de la Franc-Maçonnerie"
Editado por TELELIVRE

viernes, 9 de marzo de 2012


La Juridicción colombiana pasará de jurisdicción al estatus de Federación, esto implica que tendrá más autonomía, un consejo federal y un presidente del consejo que trabajará conjuntamente con el representante del Supremo Consejo. 

Actualmente cuenta con siete logias azules y una logia de perfeccionamiento. La ceremonia de consagración tendrá lugar el 10 de marzo en Bogotá, a ella están invitadas varias federaciones americanas de El Derecho Humano y representantes de otras obediencias amigas. 

Presidirá esta ceremonia la Gran Maestre de la Orden Masónica Mixta Internacional, Danielle Juette, acompañada por el Gran Maestre adjunto, Antonio Ceruelo.

Felicidades, Colombia.

jueves, 8 de marzo de 2012

8 de marzo - dia de la Mujer


Ocho de Marzo, Día Internacional de la Mujer: Sobre Fechas y Acacias.

El ocho de marzo es el día del año en el que recordamos que la Igualdad entre mujeres y hombres es todavía un bien no alcanzado por nuestras sociedades.

A título meramente ilustrativo merece la pena señalar que antes de que el ocho de marzo fuese en la década de los setenta instaurado por Naciones Unidas como día internacional de la mujer trabajadora, ya existieron con anterioridad a la I Guerra Mundial fechas conmemorativas de la lucha feminista.

El día elegido para proporcionar eco a estas reivindicaciones varió bastante a lo largo del tiempo y la geografía. Las primeras en festejar su lucha fueron las socialistas norteamericanas con la celebración del Woman´s day el 3 de mayo de 1908 y 1909 (a partir de 1910 lo celebrarían el último domingo de febrero). Otras fechas establecidas en el resto del mundo fueron el 19 de marzo a partir de 1911 para las mujeres alemanas, austriacas, danesas y suizas, y el 1 de mayo para las mujeres suecas y las italianas. A su vez, las rusas eligieron el 3 de marzo en 1913 y las francesas el día 9 del mismo mes en 1914. Precisamente, en ese año, durante la conferencia de mujeres que precedía al Congreso de la Internacional de Berlín, las socialistas finlandesas, suecas y estadounidenses propusieron unificar la fecha de celebración del día de la mujer trabajadora, pero el consenso no fue posible debido a las diferencias climáticas y de desarrollo industrial de los países participantes.

Posteriormente, dos hechos trascendentales - la I Guerra Mundial y la Revolución Bolchevique - impusieron el 8 de marzo como fecha única para la reivindicación de los derechos políticos y sociales de las mujeres. El 23 de febrero de 1917, las mujeres de Petesburgo se echaron a la calle exigiendo pan para sus hijos y el regreso de sus maridos de las trincheras, donde dos millones de hombres rusos ya habían perecido. En 1921, la II Conferencia Internacional de las Mujeres Comunistas reunidas en Moscú adoptó el 8 de de marzo como día de la trabajadora en recuerdo de esa revuelta antizarista de febrero de 1917. Alguien podría preguntarse el porqué de ese baile de fechas entre febrero y marzo. No existe tal baile: La desviación del calendario juliano respecto del gregoriano es de trece días, de modo que el 23 de febrero juliano coincidía con el ocho de marzo occidental.

Concluida la I Guerra Mundial, el 8 de marzo fue paulatinamente adoptado por el resto de países como día internacional de la mujer trabajadora durante todo el periodo de entreguerras. Pero como después de la II Guerra Mundial resultaba incómodo para Estados Unidos y buena parte de Europa, que la internacionalización homogénea de esta celebración tuviese por base la revolución bolchevique, en 1955 se revistió su origen con la historia (real) de un incendio acaecido en 1908 en una fábrica de New York, en la que murieron abrasadas 129 obreras mientras reclamaban mejoras laborales.

La deliberada adulteración del origen del ocho de marzo es una teoría sostenida por investigadoras feministas entre las que se encuentran las sociólogas Liliane Kandel y François Picq. Asimismo, la investigadora española Ana Isabel Álvarez González asegura que en 1975 con motivo del Año Internacional de la Mujer, Naciones Unidas explicó una historia oficial sobre el origen del ocho de marzo en la que se omitió la revuelta de Petesburgo en 1917.

Otra curiosidad en torno al ocho de marzo es el uso en muchos países, principalmente Italia, de la flor de la mimosa para conmemorar la lucha feminista. En nuestro país apenas se utiliza la mimosa con este objeto, y desgraciadamente en Italia su empleo ha adquirido actualmente dimensiones comerciales que traicionan el loable fin con el que esta humilde flor fue propuesta.

En 1946, la Unión de Mujeres Italianas (U.D.I. Unione donne italiane) se encontraba preparando la celebración del primer ocho de marzo en tiempo de paz, cuando tres ex partisanas Teresa Noce, Rita Montagnana y Teresa Mattei, sugirieron emplear una flor que pudiese caracterizar la jornada, del mismo modo que el clavel rojo venía siendo utilizado para festejar el 1º de Mayo. Resultaba necesario, pues, encontrar una flor que estuviese no sólo disponible a principios de marzo sino también alcance de cualquiera, porque entonces no había muchos invernaderos ni las flores llegaban como hoy por vía aérea. Algunas mujeres se acordaron de las flores amarillas del árbol de la mimosa presente en muchos espacios tanto ajardinados como silvestres. La propuesta tuvo éxito y la mimosa como el color violeta, uno de los colores en la banda de las sufragistas (los otros dos eran el blanco y el verde), ha pasado a formar parte del acervo simbólico del ocho de marzo.
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Como quiera que las casualidades no existen (o tal vez sí, chi lo sa. Confieso que como junguiana irredenta adoro las coincidencias significativas), “mimosa” es el nombre vernáculo en castellano y en algunas otras lenguas romances de Acacia dealbata, una especie arbustiva perteneciente a la familia de las Leguminosas .

Las ramas de la mimosa - cuyas flores parecen pequeñas bolas de oro - nos remiten inevitablemente a la célebre “Rama Dorada” de los antiguos misterios. En Grecia, este árbol y sus flores estaban dedicados a Hermes, el mensajero de sandalias aladas, guía de los viajeros que cruzan y mediador en los intercambios…

La acacia mimosa florece a final del invierno cuando la mayoría de las plantas se encuentran desnudas, es una auténtica mensajera de esa primavera que está por llegar y que todavía no vemos. Sus ramas soberbiamente cargadas de flores (su floración suele ser exuberante) sorprenden la vista y anuncian la inminente resurrección de la naturaleza tras la fría muerte invernal…

…Puede que cada ocho de marzo la acacia mimosa anuncie la anhelada primavera de los géneros, el esperado renacimiento de la Humanidad a una forma más igualitaria, libre y fraterna de convivencia de mujeres y hombres después de siglos de oscurantista opresión patriarcal.

Feliz ocho de Marzo a quienes aman la primavera.

Ítaca.

martes, 6 de marzo de 2012

A grandes males...

Publicado en El Pais 

Grandes remedios? ¡No, por Dios! Eso sería sumamente peligroso: podría llegar a atentar contra el propio mal, y entonces ¿qué iba a ser del régimen del bienestar?

Los remedios de la crisis con que nos agobian son una ilusión, engaño y triste divertimiento

Estoy hablando de lo que todo el mundo habla: de la actualidad política, o séase económica, de nuestros Estados, inquietante ciertamente, por no decir que desastrosa: es la que durante largos años se ha venido llamando crisis, que últimamente toca entre nosotros a las exigencias de la unión económica europea para con los países menos educados o bien regidos, y que en todo caso afecta justamente a los Estados desarrollados, sean los europeos, los unidos de América o el Japón, de tal modo que se trata evidentemente de un mal inherente al régimen del bienestar en que ha venido a parar el desarrollo.

Me paro aquí a hacer notar, por si hacía falta, la enorme desproporción (numérica, dineraria) de las medidas que políticos, financieros y economistas proponen, imponen a sus poblaciones y hasta ponen en práctica como buenamente pueden, frente a la magnitud de las faltas, necesidades, estropicios o agujeros que en la economía de los Estados se producen. Otros, más estudiosos que yo de las grandes cuentas y cifras, tienen que haberles hecho saber, aunque sea tímidamente, esa desproporción: que, sumados todos los importes de esos remedios que se han propuesto o aplicado, no podrían montar más que a una mísera fracción de los que las nuevas necesidades y desajustes de Estados, bancas o cualesquiera finanzas representan.

Sin cifras, el mero sentido común descubre que estas medidas o remedios que les sacan hoy los dirigentes son los mismos que se recordaban como propios del antiguo régimen: restringir gastos, apretarse, como decían, el cinturón, y hasta ahorrar, remedios ridículamente impropios para el régimen actual, que se mueve por una circulación dineraria sumamente alejada de las cosas palpables y por el despilfarro y producción de objetos no pedidos ni dirigidos a más consumo que su compra. De manera que, si algo de humor le dejaran vivo a la gente, se reiría de esas medidas y remedios como de una cataplasma aplicada a un cáncer.

Está claro, salvo para quien tenga interés en no verlo, que el mal pertenece al propio régimen actual del mundo desarrollado, el del poder entregado al movimiento del dinero.

Sería una buena ocasión de reconocer que este régimen, con todo su enorme éxito y por la calidad de su éxito justamente, era en su estructura y programa mismo una insensatez, una de las grandes insensateces que jalonan la historia de los seres ilusos que somos: pretender que eso de la vida que podía vivirse se puede cambiar tranquilamente por una dedicación de las personas (y las cosas) a venderse y comprarse unas a otras, y pretender que lo que pasa, está pasando o pueda pasar, se reduzca todo a tiempo, a futuro (que es lo solo con que el dinero sabe trabajar), y que ese futuro contado se tome como un sustituto de la vida y las posibilidades. Esa insensatez, por cierto, no se puede atribuir a ningún economista o mentes preclaras que la hayan inventado y la manejen: así como hoy día no pueden los entendidos en economía y finanzas dar razón de lo que le pasa al dinero (no entienden lo que pasa porque se creen que sí), así tampoco podemos achacarles la fundación ni dirección del régimen del dinero: es más bien el dinero el que, con sus ideas y teorías, los toma a su servicio para hacer de las suyas, esto es, para realizar las funciones que a él solo le corresponden.

Que los males que dan lugar a tantas quejas, arreglos y diatribas pertenecen al régimen mismo del dinero, el sentido común lo dice.
Sería poco amable pensar de mí que con esto estoy proponiendo como sola cura un cambio radical de régimen, un abandono del dinero. No es así. Pero eso no quita para que tenga sentido intentar que mucha gente del común reconozca que los remedios del mal con que los agobian y aburren son una ilusión, engaño y triste divertimiento.

Es cierto que este diario y los demás medios tienen que dedicar larga atención y espacio a esas medidas ilusorias y discusiones consiguientes: al fin y al cabo, la información es seguramente la industria más importante del régimen del bienestar, la que más capital mueve. Pero que ello no quite que, por algún resto vivo de imperfección y duda, se le pueda en este o los otros medios dedicar al sentido común un rinconcito.

Agustín García Calvo es catedrático emérito de Filología Clásica de la Universidad Complutense de Madrid.

viernes, 2 de marzo de 2012

Masonería: racionalismo o misticismo


¿Es necesario que aclaremos esta cuestión? Parece evidente que sí, no será ni la primera ni la última en la que intentemos aclarar este tipo de conceptos. En los trabajos anuales que el Convento de septiembre pasado aprobó parece latir la necesidad que tenemos de aclararnos y de aclarar a la sociedad cuál es el campo de trabajo de la masonería a principios de siglo. No me parece casual que los asuntos de la ética, el laicismo y la espiritualidad o el racionalismo y el misticismo sean los titulares de los trabajos que han encomendado a las L.·. como temas de reflexión. 


En el primero, en la ética, nos preguntábamos si había que crear una nueva o aplicar la que de siempre había animado a la Masonería; en el aspecto de la espiritualidad y el laicismo si había confrontación o era posible una convivencia y en éste trabajo de hoy, si estamos ante otra disyuntiva. En cualquier caso, estamos con estos trabajos intentado presentar a la sociedad una contribución intelectual propia y fundada en valores universales que sirva como una más de las referencias que en estos momentos se dan en tantos foros. Estamos queriendo recuperar el papel, al menos en España, que como lugar de reflexión personal y trabajo social tuvo la M.·. y tiene en el resto del mundo. 


Nosotros, como Orden Masónica, nos imponemos en el art. 2 de los Reglamentos la tarea de trabajar “fraternalmente unidos, […] con un método ritual y simbólico, gracias al cual” edificamos “un Templo a la perfección y a la gloria de la humanidad.” Estaría en los Reglamentos ya establecido que ambas formas: el camino ritual y simbólico, propio del misticismo, y el trabajo por y para “la humanidad”, propio del racionalismo humanista, convivan en la tarea de mejora personal y social. No habría ningún dilema ni choque en este caso. 


A la vista de lo expuesto en el párrafo anterior me pregunto cuales pueden ser las razones pàra que tengamos que explicar, una y otra vez este tipo de cuestiones.


Creo que es porque la Masonería arrastra una historia en el imaginario popular que nos iguala con los tarotistas, “contactados”, numerólogos, teósofos o religiones New Age; en un batiburrillo del que en ocasiones, aunque sea inintencionadamente, somos responsables. Y ante esta confusión tenemos que actuar, pues bastante tenemos con cargar con la descalificación política y social que nos hace la derecha más reaccionaria como, para además, ser tomados por un club de personajes singulares que lo mismo tratan sobre los problemas del desarrollo en Iberoamérica que de astrología. 


El campo de la Masonería es el campo del humanismo, y por ello de lo que nos hace humanos: la Razón. Con lo que ella significa de análisis y comprensión de lo que es la propia humanidad percibida: la experiencia personal, los sentimientos, las sensaciones o el compromiso con uno mismo y con los demás. En definitiva, con todo aquello que está tan íntimamente ligado a las emociones. Así, el racionalismo y una forma de “misticismo humanista” estarían en consonancia con el enfoque que la preocupación por los Derechos Humanos o la Dignidad de la persona anima a los M.·. 


El convencimiento interno que anima a la M.·. es el que ha animado la vida de José Saramago, o la de Albert Schwitzer, o anima en José Luís Sampedro y en tantos otros. O en asociaciones como MSF, Cruz Roja, etc. Convicción asentada en realidades muy prosaicas y terrenales: las que se ocupan por el día a día de la humanidad. 


Es esa preocupación la que se engarza en la trascendencia de lo aparentemente inmaterial que es la dignidad de la persona y su plasmación en leyes y condiciones de vida. En ese sentido el “misticismo humanista” es algo bien palpable. Nada que ver con inmanencias ni eternidades más allá de nuestro cuerpo y tiempo. La “dignidad” es aquí y ahora, y la preocupación por conseguirla algo cotidiano. Su principio y su fin es la humanidad. 


Nuestra “mística” es la ética laica, la defensa del librepensamiento, la ausencia de creencias dogmáticas, el trabajo sobre uno mismo y el compromiso con la mejora material y moral de la Humanidad. Algo a lo que invocamos al inicio de nuestros trabajos y encabeza nuestras planchas. 


Es en este sentido en que entiendo que el racionalismo y esta forma “mística” se dan la mano y son sólo enfoques de una misma realidad: el trabajo masónico en la L.·. y su traslación a la vida personal y social. 
 
De ese modo la presencia de la M.·. en la sociedad puede ofrecer una doble visión de su campo: la que lleva al perfeccionamiento propio por el intercambio de ideas libremente expuestas y libremente debatidas, y el que ofrece como conjunto de personas preocupadas por su mejora personal y la del mundo que las rodea.

Ricardo