martes, 28 de febrero de 2012

¿Crisis?


¿Crisis, mala gestión… 
… que va. Ni crisis ni mala gestión. Gestión de cine.  
Algunas de las ideas más repetidas durante años: que el modelo neoliberal es el mejor, que el mercado se regula y de que la intervención es mala, han saltado por los aires.

Si alguien nos hubiera dicho que los Estados de la UE iban a nacionalizar bancos e incluso que lo iban a ver con buenos ojos en Washington, hubiésemos pensado que estaban locos. Pero eso es hoy una realidad y hay un consenso generalizado de que la intervención estatal, las normas reguladoras y el control de los mercados financieros, no sólo es bueno, sino además imprescindible.

Y lo dicen desde banqueros como Botín hasta conservadores como Angela Merkel. Es el mundo al revés. Los conservadores acusan a Rodríguez Zapatero de ser amigo de los banqueros y se preocupan por los parados. Los sindicatos no salen de su asombro.

Pero una de las ideas más repetidas ha sido que todo es fruto de la mala gestión. Y es falso. La gestión ha sido impecable. De manual. ¿Cuál era el objetivo? Pues está claro: trincar el máximo. Y se ha cumplido con creces. Y sin riesgos. Se trataba de ganar como fuera y se ha ganado. Y han ganado los que tenían que ganar, los de siempre: presidentes de compañías, directores generales, consejeros delegados… que son los que deciden lo que es bueno y malo para el resto; y a los que las revistas de economía y escuelas de negocio ponían y ponen como ejemplo de líderes mundiales.

Algunos de estos líderes que han puesto patas arriba la economía del mundo, que no la suya, son James Cayne de Bear Stearnes que se ha llevado 60 millones de dólares, después de la bancarrota por sus hedges founds; o Stanley O´Neal de Merril Lynch que se ha retirado con 160 después de reconocer que tenía dudas incobrables de 7.900 millones; o Charles O. Prince de Citigroup con 105 millones por su impagable gestión que le llevó al banco a anunciar una pérdida neta de más de US$ 9.800 millones durante el último trimestre de 2007. La mayor que haya sufrido una institución financiera en toda la historia, según dijo el analista financiero de la BBC Mark Gregory.

Pero no olvidemos los pufos de Martin J. Sullivan de AIG, que se ha embolsado 22 kilitos de dólares después de dejar un agujero de 40.000 y una pérdida en bolsa del 60.79 %. Con un par.

Claro que eso no es nada con los 44 millones que se ha llevado Henry Killinger de Washington Mutual (WaMu) por ser el artista que protagoniza el mayor desastre financiero de la historia bancaria de los USA. Tres mil empleados despedidos no lo olvidaran nunca.

Otro figura es Angelo Mozilo de Countrywide Financial, la entidad hipotecaria privada más grande de Estados Unidos, y de la que la policía sospecha que los ejecutivos falsearon los documentos públicos acerca de las tasas de morosidad que experimentaban sus productos financieros, muchos de ellos hipotecas subprime, pero que no le ha impedido arramblar con 56 millones en efectivo y 140 en opciones. Este tío sí que tiene talento.

Y por último, el más renombrado de los pufos, el de Lehman Brothers, al que sólo unas semanas antes las agencias de solvencia le habían concedido las AAA, menuda vista, ha permitido a su CEO Richard S. Fuld retirarse con 53 millones por dejar un descubierto de sólo 46.000 millones. La comisión del Senado que investiga la quiebra ha descubierto que este pájaro ganaba 17.000 dólares a la hora.

Se dice que estos ejecutivos han salido por la puerta de atrás. Sí, pero con alfombra roja y las carteras llenas. Las entidades mencionadas han pagado más de 3.000 millones en “indemnizaciones” a estos golfos.

Se han aprovechado de los blindajes o golden parachutes que les protegen de cualquier eventualidad. Incluido el robo manifiesto y reiterado o la falsedad de los balances. Pero todo ello queda sin castigo por la falta de normas reguladoras que indiquen la diferencia entre falsedad en un balance y una “optimista” valoración de un “mercado de futuro”.

Y aquí, en la vieja Europa tenemos también líderes mundiales, ejemplos para nuestros jóvenes como Jean-Paul Votron, consejero delegado de Fortis, que cobró un 15% más el mismo año en que adquiría ABN Amro por 72.000 millones de euros. El banco holandés resultó estar infectado por los activos basados en las hipotecas subprime y llevó a la quiebra a Fortis, que ha tenido que ser rescatado por los Estados de Bélgica, Luxemburgo y Holanda.

Y si esto se llevan los que “fracasan”, que decir de Rick Wagoner, CEO de una General Motors al borde de la quiebra, pero que no se corta un pelo en cobrar 2,2 millones de dólares al año después de despedir a 74.000 obreros en sucesivos planes de reflotación de la compañía y anunciar el cierre de la primera fábrica que tuvo GM en USA.

La desvergüenza de estos tipos es insultante. Los directivos de AIG se fueron a Monarch Beach, un exclusivo hotel de California en el que las habitaciones valen 800 euros por noche, para celebrar que el Tesoro estadounidense les había salvado de la quiebra inyectando 85.000 millones de euros de fondos públicos. Se gastaron más de 440.000 dólares. Ya no hay que quedarse al relente toda la noche en Sierra Morena para asaltar la diligencia de postas.

O sea, que de mala gestión nada. Gestión de libro, aunque sea el de Ali Babá y los cuarenta ladrones. Lo de toma el dinero y corre es algo más que el título de una película de Woody Allen, es una práctica avalada y santificada en el mundo empresarial por las business school, revistas financieras y gurús.

Y si esperáis que alguno se sonroje o acabe ante un juez, esperad sentados. Y la pregunta es ¿qué les hubieran dado a estos chicos si lo llegan a hacer bien? Yo quiero fracasar como ellos.

A una buena parte de ellos los podéis conocer en Forbes.
Veréis su sonrisa Binaca, esa que pone el vendedor de coches usados antes de colocarte una tartana como si fuera un 16 válvulas.

Ricardo

viernes, 24 de febrero de 2012

Espiritualidad laica, otra perspectiva



Lo primero es preguntarse si existe una espiritualidad laica. Lo segundo, si es necesario que exista. La respuesta a la primera, desde mi punto de vista, es que sí -lamentablemente-, por esa mezcla de vago orientalismo y paranormalidad psicologizante que rodea a algunas de las corrientes laicas, en lo que se ha denominado “el supermercado espiritual1”; y a la segunda, que no; si nos atenemos a la definición del DRAE, que contrapone la idea de lo espiritual a lo material.


Dicen Arsuaga y Martínez en “La especie elegida”, que desde las primeras ideas científicas del mundo helénico se ha querido situar a nuestra especie fuera de la naturaleza o “peor aún, por encima de ella.” Así, se ha construido una historia de lo que es un ser humano como una superación de la materia animal. Superación que nos vendría dada por la existencia de un ente inmaterial propio e inexistente fuera de nuestra especie, y del que emanaría una actividad especial: la del espíritu, para unos; la del intelecto, para otros.


Con el enfoque espiritual entraríamos en lo que algunos consideran inherente a nuestra especie. Con el de la inteligencia, también. Con la importante salvedad de que en el primer caso lo entroncamos con lo trascendente y en el segundo con lo evolutivo. En el primer caso estaríamos ante algo dado per se, de forma inamovible en su esencia, y por ello eterno, y en el segundo en un proceso abierto e imperfecto, con avances y retrocesos e imbricado en la realidad social.


Ambos conceptos: espíritu e inteligencia son, por supuesto, hijos de un pensamiento bien terrenal; pero si en uno se remonta a “lo sublime” en el otro nos quedamos en la naturaleza, a ras de tierra. Y aunque en la sabiduría popular sean intercambiables o dos manifestaciones de lo mismo, son en la práctica dos realidades bien diferentes y campos de trabajo distintos.

En lo espiritual encontramos una negación de la inteligencia, una pérdida del sentido de la propia identidad, en una superior que la dirige y contra la que no puede rebelarse. En lo espiritual no hay una posibilidad de mejora. Estás atado a su inmanencia de esencia inmaterial y perfecta, que escapa a la comprensión humana si no es fundiéndose en un estado de obnubilación mental con algo extra terrenal: la experiencia mística. En lo espiritual estamos prisioneros de la idea superior, como los prisioneros de la caverna de Platón.


En la inteligencia, por su imperfección, la mejora es una constante posible. Decía Rita Levi-Montalcini que el ser humano, al no tener una programación instintiva perfecta, debe recurrir al intelecto para decidir, al discernimiento entre opciones -el bien y el mal en su sentido más amplio- para construir su escala de valores; haciendo de su imperfección una ventaja que le coloca en un grado de evolución moral privilegiado. Y es en la M.·., donde esa evolución mejor se puede dar, tanto por el propio trabajo como por el que otros han hecho antes en ella. Es en este trabajo callado y pesado de pulir la “piedra bruta” donde la inteligencia se manifiesta con todas sus imperfecciones y grandezas. Es con este trabajo como las “virtudes” laicas van surgiendo, creciendo y perfeccionándose; haciéndose emblemas de un modelo de convivencia.


Ciertamente es “irritante el tono de superioridad moral con que muchos de los fieles […] y las jerarquías religiosas […] han dado en mirar a quienes adoptan la convivencia […] laica.”; especialmente esa idea de que “las exigencias de la moral son una prerrogativa de los creyentes de la que probablemente carecen aquellos que no comulgan con fe religiosa alguna.”, escribía Francisco Laporta en “Moral de laico”, para a continuación hacer una encendida defensa de ella. Quizá eso explique esa “necesidad” que en ocasiones sentimos los laicos por “explicarnos” ante los creyentes. 


Desde mi punto de vista es un error entrar en el campo semántico de la creencia religiosa. En ese campo jugamos contra miles de años de superstición y construcción de lo mágico. Es una lucha absurda en un campo enfangado. Y los masones necesitamos echar sólidos cimientos a nuestro edificio. Hay que trabajar en otros suelos. 


Tenemos que crear el campo de los “universales semánticos”, esos que Umberto Eco le explica a al cardenal Carlo Maria Martini como los lugares en que todos se pueden reconocer, en las nociones comunes a todas las culturas que dan origen a una ética como lugar de encuentro con los demás. Pues es en los demás donde nos reconocemos, haciendo real la idea de Fraternidad. 


Tenemos que trabajar en el campo que la evolución nos ha dado: el intelecto; y dentro de éste en el que el desarrollo como especie nos ha posibilitado su mejora: lo social. Empezaba Kant su prólogo a “La religión…” con la afirmación de que "La moral no necesita de la idea de otro ser por encima del hombre para conocer el deber propio ni de otro motivo impulsor que la ley misma para observarlo". Nuestro campo de juego está en la racionalidad de las leyes. En el contrato libre entre las partes. Éste es el punto de partida de nuestra visión ética del mundo, desde el que construir la idea de la dignidad humana que sustente todo el edificio de la ética laica y se funda con la noción de autonomía de la persona.  


Y la dignidad humana se ha ido desarrollando a lo largo de la historia en construcciones intelectuales que hoy han devenido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Derechos que hay que ir construyendo día a día desde la posición moral laica que afirma la libertad, la igualdad, la fraternidad… en definitiva la dignidad de todos los seres humanos y el urgente respeto de sus derechos básicos: la vida, la libertad de pensamiento, la educación, el derecho a la salud… Y para ello no necesitamos de ninguna espiritualidad, laica o fideísta, sino de la aplicación de los principios legales que hemos ido desarrollando a lo largo de siglos asociándolos a la idea de mejora de la Humanidad. 


Los masones, como laicos, hemos de desarrollar una ética materialista, basada en las leyes, en los derechos humanos y en su desarrollo, en la mejora concreta de las condiciones de vida de los seres humanos; en construir un campo de referencia ética externa a la espiritualidad, a lo religioso. No tienen nada que enseñarnos.  


Debemos trabajar los campos semánticos irreligiosos con los conceptos que el derecho de gentes e internacional nos han dado, y que a la pequeña escala del día a día se pueden manifestar en, por ejemplo, la Educación para la Ciudadanía. Debemos afirmar la superioridad del ser humano y su bienestar por encima de cualquier otra consideración. Su valor como individuo en convivencia solidaria con todo su entorno, tanto como especie como con todo el campo ecológico en el que vive. 
 
En conclusión: no necesitamos una espiritualidad laica. Necesitamos un desarrollo racional del derecho y de los derechos. De una afirmación del individuo y del librepensamiento.

Ricardo

lunes, 20 de febrero de 2012

El machismo

Llevamos un muy mal inicio de año este 2012 en cuanto a la violencia machista. Apenas se inicia y ya se han asesinado a seis mujeres. Muy mal dato. 
La historia se repite caso a caso: Un hombre agrede a una mujer -casi siempre su pareja o ex pareja-, y la hiere o mata. A continuación vienen las condenas, las concentraciones, los minutos de silencio, los plenos municipales de repulsa, las declaraciones… Y vuelta a empezar.

Entre las explicaciones más habituales están las de asociar estas agresiones –asesinatos- al machismo, y, si se quiere “profundizar” un poco más, se habla de la sociedad patriarcal y su escala de valores.
 
Por lo general se da por buena la tesis de que la violencia del hombre sobre la mujer es la consecuencia de una sociedad patriarcal donde el machismo es la conducta lógica del hombre, en cualquiera de sus grados, desde la más benigna, como sería la implicación menor en el mantenimiento de la casa o cuidado de hijos, hasta la más grave, como es la agresión física.

En mi opinión: Esa explicación está mal enfocada, es incompleta y elude señalar algunas responsabilidades. Lo comentaré brevemente, partiendo de algunas ideas para mí evidentes:
  1. No existe un gen del machismo, por el cual haya una predeterminación a comportarse de una determinada forma del hombre hacia la mujer, ni siquiera en la atracción sexual. Al menos hasta la fecha no se ha identificado ese gen.
  2. De esa ausencia de predisposición genética se deriva que no hay una intención perversa “per se” –biológicamente predeterminada- en los hombres para menospreciar o considerar como inferiores a las mujeres.
  3. Hay hombres que siempre han considerado a las mujeres como sus iguales; es decir, que no han tenido el “machismo” interiorizado como conducta propia por el hecho de ser hombre.
  4. Hay mujeres que comparten esa visión “machista” de las relaciones hombre-mujer. Que entienden que hay ciertas profesiones o situaciones en que la mujer está en desventaja o no tiene la capacidad física o intelectual para desempeñarlas. 
 
Entonces, si no hay un gen, si no hay una intención predeterminada, si hay hombres que no son “machistas” y mujeres que sí, ¿de dónde surge esa creencia que se ha dado en llamar machismo y cristaliza en la denominada sociedad patriarcal?

En mi opinión de un concepto mágico-religioso que otorga valor a las personas en función de su sexo. De la creencia de que una mujer vale menos que un hombre, una niña, menos que un niño, y aquélla y esta menos que un animal, o como mucho igual.

No es de la fuerza física o de una conspiración de los hombres en un pasado remoto como se fundamenta la creencia de la supremacía en todos los aspectos sociales del hombre sobre la mujer, sino de la atribución sobrevenida –inventada- de un valor inferior de la mujer por una creencia religiosa que así lo establece como “verdad revelada”. Y esa es la constante en las religiones que han dado en llamarse patriarcales: la judía, la cristiana y la musulmana. Pero no sólo en ellas, aunque sí ha sido en ellas donde más fuerza ha alcanzado esa consideración hacia la mujer como ser inferior, sin “alma”, sujeta al hombre e incapaz por sí misma.

La religión, tal y como hoy la conocemos, es una elaboración intelectual muy perfeccionada si la comparamos con las primitivas creencias animistas sobre una visión mágica de lo más cercano: el árbol, el trueno, un animal, una montaña… a una construcción jerarquizada de poderes idealizados en figuras humanas, en los que unos dominan a otros, y gobiernan aspectos concretos de la vida, es una mejora organizativa en lo social, en cuanto determinan papeles a los actores humanos. Así, el rey es la imagen del poder divino sobre los hombres y lo masculino predomina sobre lo femenino.

Si las creencias animistas otorgaban a cada acto o situación un valor trascendente per se, las religiones antropomorfas lo hacen en función de una valoración superior. De ese modo, en la postura animista, la vida de la mujer y sus ciclos son elementos mágicos que tienen valor por lo que representan, mientras en la antropomorfa masculina lo que no es “comprensible” es maligno. Y de lo maligno a lo sucio e impuro el camino está hecho.

Así, la creencia religiosa que no comprende el “ciclo femenino”, que sólo empíricamente lo asocia a ciclos lunares y a la oscuridad encuentra fácil desvalorizar a esa parte de la humanidad que está “atada biológicamente” al ciclo reproductivo. Del hecho biológico, en sí “ni bueno ni malo”, se pasa al valor social y económico de la persona. La mujer está en toda la literatura religiosa por debajo del hombre. Su vida vale menos y su posición es siempre dependiente de la del hombre, sea este su padre, marido o hijo. Si en las religiones animistas o que representan a una diosa fuerte la mujer tiene alguna posición de preeminencia, en las de imaginería masculina su situación es similar a la de una esclava o bien de libre disposición de su dueño. Por supuesto, hombre.

La violencia contra la mujer se inicia y se “justifica” en esas violencias más escondidas, y que pueden estar realimentando la más visible: violencias simbólicas y violencias institucionales. Que son violencias alimentadas desde hace miles de años por creencias religiosas que esconden razones económicas. Pues el varón (debía) confiar el cuidado de su cuerpo y de la descendencia sólo a aquello que podía controlar de manera absoluta, y ese control se lo aseguraba, en primer lugar, la ideología en forma de creencia religiosa; que determinaba por orden divino su posición sobre la mujer, y de una manera mucho más eficaz que la fuerza bruta, pues mientras esta última exige un gran desgaste de energía y recursos, la primera asegura que es la propia “esclava” la que se controla sin necesidad de vigilancia externa. ¿Qué hay más eficaz que sea la propia mujer la que se convierta en su guardián?

Por ello, cuando la mujer decide ser autónoma, decide ser sujeto y cambia, salta la chispa que enciende la violencia machista. Violencia que se alimenta de la creencia de siglos de “ser superior por mandato divino”. El “eres mía”, o “tú no vales nada”, o “te callas cuando yo hablo”,… están en el origen del valor consagrado en las religiones a hombres y mujeres.

Y es ese origen el que hace que la violencia del hombre sobre la mujer sea transversal a clase social o económica, origen étnico, etc. Sólo cambia la calidad de esa violencia: física, psicológica, económica…
 

Por supuesto, el maltratador no es en exclusiva un individuo creyente -de una u otra religión-, pues hay quien tiene profundas creencias y de ellas extrae su respeto a su pareja y no es nunca un maltratador ni lo entiende o justifica. Y claro que hay ateos que maltratan a sus parejas, pero es que declararse ateo y estar libre de esa impregnación cultural de siglos que minusvalora a la mujer son cosas distintas. No asigno a la condición de creyente la condición de maltratador, por ello no puedo decir que el ser ateo sea garantía de un "buen trato" a la mujer. Lo que digo es que la creencia religiosa explica mejor que el mote "machismo" el origen de ese comportamiento.

Y para muestra un par de botones:
  • Decía el arzobispo de Granada Javier Martínez, en diciembre de 2009, que si una mujer aborta "da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar" de su cuerpo.
  • Y anteriormente, en 2000, el Iman de Fuengirola Mohamed Kamal Mostafa había sido condenado en el Juzgado nº 3 de lo Penal de Barcelona por un delito de provocación a la violencia por razón de sexo por los consejos que daba en el libro “La mujer en el Islam”, donde puede leerse “no se debe golpear las partes sensibles del cuerpo (la cara, el pecho, el vientre, la cabeza...)”, o “los golpes se han de administrar a unas partes concretas del cuerpo como los pies y las manos” o “los golpes no han de ser fuertes y duros, porque la finalidad es hacer sufrir psicológicamente y no humillar y maltratar físicamente”.
Ricardo

jueves, 16 de febrero de 2012

Carta a una profana


Estimada amiga, te interesas por esta augusta y anciana orden aunque no sabes muy bien por qué, no nos conoces más que de oídas y mal, en este país nuestro no se suele hablar bien de quienes molestan por su espíritu libre y su escasa capacidad por sujetarse a normas injustas, tambien es verdad que cuarenta años de mala prensa pagada por el dictador aquel, y sus secuaces, hicieron su mella en el pueblo. A pesar de todo tú llamas, preguntas, algo te mueve a saber más, y quizás y si una logia lo considera conveniente hasta termines siendo una hermana más entre nosotros.

No conoces a ningún masón -crees-, mucho menos a una masona, siempre has leído eso de que la masonería es cosa de hombres, vamos como aquel coñá de los años 70, pero por uno de esos hazares de la vida has dado con algunas páginas en internet que hablan de otra cosa, de una sociedad masónica en la que la mujer sí tiene un lugar y no como florero sino como alguien igual al hombre. Esa pequeña puerta te franquea la entrada a un mundo nuevo y eso te reafirma aun más en tus deseos de compartir algunos momentos de tu vida con ese grupo de seres humanos tan raros si fueses capaz de saber que es lo que se cocina en ese lugar que llaman logia o taller, hasta templo has oído decir y eso te ha dejado un poco mosca, por aquello de la educación judeo cristiana no por otra cosa.

No hay altares, sabes, aunque entre nosotras y nosotros se de una amplia muestra de creencias y no creencias y hasta las dudas de quienes viven en el agnosticismo. Casi podríamos decir aquello de "ni dios, ni patria, ni rey", ciudadanos del mundo -somos una orden internacional e internacionalista- gracias a la visión de nuestros fundadores que entendieron que la globalización, en el mejor sentido del concepto, era necesaria -casi imprescindible- si aspirábamos a construir una sociedad más justa, libre y fraterna para todos los pueblos de la tierra. No hay altares pero hay respeto para quienes los necesiten, aunque no aquí, ni creemos que deban existir en el epacio público ya que la cosa esta de la creencia es algo íntimo y personal y tratar de que sea público y de obligado cuimplimiento nos parece un exceso reprobable. Por eso a la iglesia católica no le gustamos, me imagino que tampoco a los ayatolás islamistas y sospecho que lo mismo ocurre con los rabinos ortodoxos, vamos a nadie que crea que la vida se debe regir por algún dogma emanadao de alguna divinidad desconocida. Esto, bien es verdad, que hace que entre nosotros sean escasos los miembros de determinadas confesiones, eso que se llama la religión organizada.

Parece pues que lo de la religión no es lo nuestro, está claro. Te preguntarás quizás si nos dedicamos a la política, más que nada por que has leído algunas cosas de las que podría desprenderse que nuestros talleres son una espcie de ágora en la que el debate político está a la orden del día. Pues tampoco, procuramos que los ruidos de la calle nos perturben lo menos posible y está claro que lo referido a la política de partidos es una algarabía insufrible e insoportable. Esto no quiere decir, naturalmente, que no nos interesa la cosa pública, y mucho he de decir, lo que ocurre es que nos acercamos a ella desde una postura ciudadana que nos permite fijar nuestra posición sobre temas como el derecho a morir con dignidad, la educación, la explotación, la ecología..... vamos esas cosas que a todos interesan y que por tanto son política con mayúsculas, aunque debo añadir que no es que dediquemos todo nuestro trabajo a esas cuestiones.

Querida amiga, nos dedicamos en cuerpo y alma a la búsqueda, de la verdad (no me atrevo aponerlo con mayúscula pues a estas alturas ya se que no existe la Verdad sino pequeñas verdades), del conocimiento (primero el propio, después aquello que nos atañe: todo), a construir -siempre la construcción- en la medida de nuestra posibilidades el Progreso de la Humanidad. Como ves nada raro, aunque sí con compromiso, cada cual el que considere conveniente, ni pedimos mucho ni nos conformamos con poco, cada cual es libre.

Querida amiga, si todo esto es lo que buscas se bienvenida. Llama que te escucharemos y es posible que te llegues a convertir en una piedra más de este hermoso edificio que es la masonería.



Llegado aquí se me va a permitir un estrambote, lo dicho sirve para cualquiera, mujer u hombre, aunque quería dedicártelo a ti precisamente porque, desconozco la razón, es más difícl que creas que en esta obra tienes un hueco, el que te mereces como un ser humano igual a mi.


He dicho

domingo, 12 de febrero de 2012

Homenaje Presidentes I República


Discurso del Presidente de la logia Igualdad en el acto celebrado por Ágora, agrupación del Ateneo de Madrid y el Espacio Msónico de España, 10 de febrero de 2012, en recuerdo de los presidentes de la I República.

Queridas amigas y amigos, queridas hermanas y hermanos, 

En primer lugar agradecer a la asociación Ágora el trabajo para reunirnos a todos hoy aquí. Por tercer año consecutivo, la Gran Logia Simbólica Española, la Gran Logia Femenina de España, la federación Española de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain-El Derecho Humano y el Gran Oriente de Francia nos reunimos en este cementerio civil para rendir homenaje a los cuatro presidentes masones de la Primer República Española, tres de ellos aquí enterrados, Estanislau Figueras, Francesc Pi i Margall, y Nicolás Salmerón y a Emilio Castelar enterrado en la Sacramental de San Isidro; referentes de la tradición democrática española, de la dedicación al trabajo, de la razón y de la honradez. 

La Primera República trajo a los españoles los primeros acercamientos a la libertad religiosa y a la soberanía nacional. Pero la crisis social y económica así como la falta de unión de la sociedad pusieron punto y final a este primer gran paso democrático.  Hoy, la idea misma de Europa, de una Europa unida, que persiga un fin común trabajando en fraternidad, está en peligro como en su día lo estuvo nuestra Primera República, debido a una nueva crisis en lo económico y en lo social.  

Frente a estos primeros síntomas de alejamiento, las obediencias españolas integradas en el Espacio Masónico de España, ponen en común un camino de unión y fraternidad para la construcción de una España y una Europa de las Libertades y de las Igualdades, siguiendo los pasos que con arrojo dieron aquellas personas que levantaron en España la Primera República. 

Trabajemos todos por la humanidad. 
He dicho.

Video del acto.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Discurso

Yo amo al Ser Humano.
Yo amo a la Tierra.

Permanecer fieles a la Tierra y no creáis a quienes os hablan de esperanzas supraterrenales.
Ahora lo más horrible es delinquir contra la Tierra y apreciar las entrañas de lo inescrutable más que al sentido de la Tierra.

El alma quería el cuerpo flaco, famélico y feo, asi pensaba excabullirse del cuerpo y de la Tierra.
La grandeza del Ser Humano es ser un puente y no una meta.

Yo amo a quien vive para conocer y quiere su propio ocaso para renacer.
Yo amo a aquel cuya alma se prodiga y no quiere recibir agradecimientos ni nada quiere devuelto.

Es preciso tenr caos dentro de sí para dar a luz a una estrella danzarina; una luz ha aparecido en mi horizonte, compañeros de viaje necesito, compañeros vivos, no compañeros muertos, ni cadaveres a los cuales llevo conmigo a donde quiero.

Mejor oir la voz del cuerpo hermanos mios, es una voz honesta y pura.

Yo amo al ser humano.

Asi habló, asi hablo.

viernes, 3 de febrero de 2012

El Taller

Dibujo de Mauro Entrialgo

Tengo la suerte de tener unas hijas maravillosas, pero poco pegadas a mis actividades en lo que se refiere a mis ideas, quizás es culpa mia por no ser muy comunicativo con ellas en estas cosas, pero es que nunca quise influir en ello y ahora no puedo protestar, en fin que el otro dia, el sábado anterior a este que tuvimos tenida, les dije que iba al templo, que teníamos tenida, tal fue su cara de sorpresa que no me quedo mas remedio que explicar el tema, asi y todo no quedó nada claro, de hecho sospechan que aquí adoramos no se qué. Esto creo que no ocurre solo con mis hijas, creo que ocurriría con una gran mayoría de personas de nuestra cultura, pues para esa mayoría templo es el lugar donde se rinde culto a un dios.

Ya se que decimos que la universidad es el templo de la sabiduría, que nosotros somos el templo que  contiene el alma, que el campo del Atltetic es el templo del futbol y que se yo que tonterías mas, pero eso es lo que llamamos metáforas, o sea que no me vale el argumento.

¿Nosotros a qué venimos aquí?, respuesta, a trabajar, somos obreros de la piedra, de hecho nos vamos con la satisfacción del trabajo realizado y el salario recibido, por lo tanto esto es un taller, un lugar de trabajo y no de culto, de adoración

¿Venimos a adorar a algo o a alguien?, No, por eso se llama logia o taller y no hacen falta mas nombres. Ahora bien puede aducirse que en nuestra orden hay muchas sensibilidades, y que los talleres anglosajones tienen un sentimiento deísta que el suprimir lo de templo les llega al alma (no podía se de otra manera) y que por una tontería asi no merece la pena que tengamos un problema, bien veamos esta situación. Los que no estamos por la labor para no ser intransigentes debemos dar nuestro brazo a torcer, si lo hacemos ¿los intransigentes son ellos? por no decir dogmaticos, Si María Deraismes y Georges Martin no hubiesen sido intransigentes hoy yo no estaría aquí, pues nunca hubiese entrado en un taller, en una orden que no considerara iguales a todos los sexos.

Cómo creo yo que debe ser el taller, ya sabemos que va de oriente a occidente, de norte a sur y del cenit, que como sabemos viene del árabe, según el diccionario etimológico, y que significa el paraje de la cabeza (al parecer es un error de los manuscritos de Alfonso el Sabio), al nadir, que también viene del árabe, y es el punto opuesto al cenit, todo esto tiene que ver, desde un punto de vista simbólico, sobre la luz o su carencia y sobre el microcosmos y el macrocosmos.

Cuando nos iniciamos nos dicen que dejemos los metales fuera en señal de que en este lugar todos somos iguales, no hay ricos ni pobres ni ostentaciones, por lo que considero que el taller ha de ser un lugar austero, sobrio, con lo que tiene que tener, pero sin lujos, con la simbología de aquello para lo que está concebido, aquí aprendemos a saber, a embellecer y a amar lo que se hace, hacerlo con amor es de por sí ya algo bello y sea como sea, con mas o menos conocimientos, el amor lo hace bello e igual, de manera que no hay  planchas mejores ni peores si están hechas con amor.

Aquí tendremos las herramientas que necesitamos para nuestro trabajo, mazo, regla, cincel…Donde  podamos ejercer la fuerza, la destreza la medida equilibrada…

Hagamos del taller el lugar donde nacen y se desarrollan las ideas-fuerza que nos harán cambiar a nosotros y asi cambiaremos el mundo, no en un templo, sino en un taller universal, donde el trabajo sea un medio para la felicidad y no un fin para la obtención de riquezas, recordemos las palabras del poeta

Oh nuevos guerreros 
que surja en mundo otro dios que el dinero
que muera el que mata el latido de la primavera
 y corona con sangre la cuna del recién nacido…

Ángel

jueves, 2 de febrero de 2012

Wislawa Szymborska





La poetisa polaca Wislawa Szymborska, premio Nobel de Literatura en 1996 y Goethe en 1991, murió hoy a los 88 años víctima de un cáncer de pulmón, dejando una herencia poética llena de humor e ironía, en la que partía de los objetos más simples para reflexionar sobre las verdades universales.



Descubrimiento

Creo en el gran descubrimiento.
Creo en el hombre que hará el descubrimiento.
Creo en el terror del hombre que hará el descubrimiento.
Creo en la palidez de su rostro,
la náusea, el sudor frío en su labio.

Creo en la quema de las notas,
quema hasta las cenizas,
quema hasta la última.

Creo en la dispersión de los números,
su dispersión sin remordimiento.

Creo en la rapidez del hombre,
la precisión de sus movimientos,
su libre albedrío irreprimido.

Creo en la destrucción de las tablillas,
el vertido de los líquidos,
la extinción del rayo.

Afirmo que todo funcionará
y que no será demasiado tarde,
y que las cosas se develarán en ausencia de testigos.
Nadie lo averiguará, no me cabe duda,
ni esposa ni muralla,
ni siquiera un pájaro, porque bien puede cantar.

Creo en la mano detenida,
creo en la carrera arruinada,
creo en la labor perdida de muchos años.
Creo en el secreto llevado a la tumba.

Para mí estas palabras se remontan por encima de las reglas.
No buscan apoyo en ejemplos de ninguna clase.
Mi fe es fuerte, ciega y sin ningún fundamento.

De "Fin y principio" 1993       
Versión de Gerardo Beltrán

Más poemas

Su discurso de aceptación del Nobel: