lunes, 3 de mayo de 2010

James Anderson tenía razón, un masón no será nunca un ateo estúpido


Si, el pastor presbiteriano Anderson, el compilador de la más antigua "ley" de la masonería especulativa, junto a Théofile Désaguliers, tenía toda la razón del mundo,  ningún ateo estúpido podría tener entrada en la masonería. La verdad es que a Anderson se le olvidó añadir que tampoco un creyente estúpido podría hacerlo.

Dejando de lado las bromas la cuestión relevante es tratar de comprender cual es, hoy en día, el auténtico significado que debemos darle a la exigencia andersoniana. Desde mi punto de vista, y si partimos de la premisa de que la masonería es un camino iniciático en busca del conocimiento, parece bastante claro que el cuestionamiento de la existencia de un "dios revelado" es la consecuencia lógica del caminar masónico. Ese cuestionamiento tendría, evidentemente, diferentes finales posibles: ateismo, agnosticismo, teismo e, incluso, una posición deista crítica y abierta, no dogmática y por ello mismo alejada de cualquier sistema religioso estructurado.

Parece bastante claro, desde mi punto de vista al menos, que el estado natural del masón sería, precisamente, el anatematizado por Anderson y todos los que consideran su trabajo como una verdad inamovible. Resulta altamente complicado, a la luz de la razón, afirmar que existe un algo más allá de nuestra existencia y ello incluso desde lo que las propias religiones nos dicen, la fe es algo que está más allá de la razón, debemos creer porque así debe ser y sin que exista la menor posibilidad de cuestionar esa creencia ya que para los creyentes "dios" está en todo y es el pricipio de todo.

Creo que es evidente que resulta más laborioso cuestionarse la existencia de un ser superior que acatar aquello que no exige mayor esfuerzo que asentir a algo que deciden, otros y sin contar con nosotros, que debe ser así porque así debe ser. Quizás, y a tenor de lo que nuestra Real Academia define como estúpido -"Necio, falto de inteligencia"-, lo que deberíamos preguntarnos es si quien profesa la "fe del carbonero" tiene cabida en una institución que trabaja por alcanzar el conocimiento

He dicho

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué dice la Masonería, es realmente la Biblia la Palabra de Dios?
Para el pensamiento religioso dogmático, el Libro Sagrado es en
esencia el pensamiento de Dios, la manera en que el Absoluto se
comunica y se hace accesible; para ellos es la incuestionable
palabra de Dios, el modo en que la Divinidad se hace decible y
concebible. La Palabra de Dios revelada se convierte en Libro
Sagrado, la cual es para los clérigos y fieles en general un mensaje
irrefutable.
"Una verdad divina revelada solamente a un pequeñísimo puñado de
hombres"
Inclusive la Biblia y el Corán denigran a la mujer y la mandan a un
segundo plano social ¿Usted, piensa que Dios, el Dios de todas las
Galaxias se detenga a hacer distinciones de género?
http://groups.google.com/group/secreto-masonico
Para la Masonería, los Libros Sagrados fueron escritos por simples
hombres, que tratando de interpretar la Creación e interpretarse a sí
mismos, fue que escribieron extensos tratados religiosos, lo mismo
que hoy sin éxito intenta hacer la Ciencia Moderna, al intentar dar
explicación a los hechos universales y a la compleja psique
humana.
La Orden Masónica, claramente hace sus propias interpretaciones
pero consciente de que estas parten de meras especulaciones, aún así
la Masonería tiene la certeza de que es el Orden en todos los
sentidos el que triunfará, un Orden establecido desde lo social y
político hasta lo religioso.
Toda la Masonería es la simbólica relación entre el francmasón y el
Gran Arquitecto del Universo, y nadie, aparte de ellos dos,
comprendería el Secreto de su pacto, pero que nada tiene que ver con
algo revelado por Dios a través de la Masonería.
La iniciación en la Masonería es, fundamentalmente, iniciación al
sentido de hacernos ver nuestras flaquezas y abrirnos hacia ese gran
potencial, ahora dormido en cada ser humano. Dicha iniciación es un
nuevo comienzo que nos permite el acceso a un mundo más claro, a un
plano superior de Ser.
Al centro de cada Logia Regular, sobre el mismo Altar Masónico
encontramos a la Biblia, pero no es considerado como un libro
revelado, sino más bien es considerado como un Libro que fue escrito
por personas que como nosotros intentaron desvelar el Gran Misterio de
la Creación; pero que posteriormente los fanáticos religiosos le
dieron el carácter de una verdad revelada.
Toda la Masonería o la que se aprecie de serlo, sea Masonería Regular
o Irregular, Espuria, confederada o no, incluso las Logias con
membrecía de ateos, e independientemente del Rito que profese; tenga
dentro o no un volumen de la Ley Sagrada (Biblia), que use el Corán u
otro Libro Sagrado. Toda la Masonería gira y girará alrededor de la
Biblia, concretamente en los Libros de Reyes y los libros de
Crónicas. Pero esto no quiere decir que la Masonería considere a la
Biblia o alguno otro libro como un Libro dictado por Dios.
Por una Masonería con más participación Femenina