François-Marie Arouet |
No es inusual que se hable de los conceptos que dan título a este post confundiendo el significado de ambos, en mi muy modesta opinión, de una manera harto confusa que lleva a considerar como librepensamiento algo que no es más que la capacidad de pensar de manera libre, como si el pensamiento pudiera ser controlado. Es posible que algún día lo sea pero hoy por hoy es, quizás, la única libertad que les queda a muchos de nuestros congéneres en algunas de las más crueles dictaduras que siguen subsistiendo en el mundo o, incluso, en lo que se consideran democracias avanzadas.
El librepensador es aquel “que forma sus opiniones sobre la base de la razón, independientemente de la religión, la tradición, la autoridad y las ideas establecidas, para ser dueño de sus propias decisiones” (Wikipedia) o, también, quien se acoge al librepensamiento que es la “Doctrina que reclama para la razón individual independencia absoluta de todo criterio sobrenatural” (RAE). Es decir que, por encima de cualquier otra consideración, se trata de un individuo que rechaza cualquier opinión que no se base en la razón.
Obviamente no estamos ante una cuestión que ataña exclusivamente a la masonería aunque si algo es el masón, o la masona, es librepensador -no alguien que piensa con libertad-, aunque esta condición se de, también, en quienes siguen la escuela racionalista o la del humanismo secular. Bien es cierto, también, que el humanismo es algo que entronca de manera muy directa con el pensamiento filosófico de nuestra Orden, El Derecho Humano, aunque sin que tal sea una exclusiva.
Volviendo a la cuestión que nos ocupa, parece que resulta harto complicado compaginar una postura de librepensamiento con planteamientos teístas ya que estos se basan en la creencia en un dios revelado, y hacedor de todas las cosas por encima de la razón, la ciencia o el conocimiento empírico. Si tenemos en cuenta que la masonería trata, principalmente, de forma a hombres y mujeres capaces de generar su pensamiento en base a la razón, el escepticismo y finalmente -quizás como corolario de todo ello- considerar el laicismo como única filosofía válida para reunir, por encima de creencias, a todo el género humano, parece harto complicado conciliar ambas posturas.
Parece que a la vista de lo expuesto, que no es más que una reflexión sujeta al escrutinio de quienes me hagan el favor de seguirme, tenemos que admitir como inapelables algunas cuestiones básicas en nuestro trabajo como francmasones:
La razón es lo único que nos puede conducir a sostener un pensamiento crítico
La creencia en cualquier forma de deidad revelada (el teos) se muestra contraria a los principios que informan una masonería cuya base filosófica sea el humanismo y el laicismo.
En consecuencia es evidente que uno de los fines que debemos perseguir en nuestra formación es desprendernos de cualquier traza de pensamiento que se base en cuestiones irracionales como la fe, o cualquier otro tipo de creencia en la que lo mágico sustente nuestro discurso, y todo ello con independencia del respeto debido a particulares, y diferentes, formas de pensamiento y sin que este respeto nos impida trabajar para desterrar cualquier forma de irracionalidad existente en la formación de su pensamiento.
Es incontrovertible que si se trata de formar individuos críticos -razón de ser de la masonería liberal y adogmática-, el primer paso es conseguir que la irracionalidad desaparezca de la manera en que discurren quienes se sientan en nuestras logias y esto únicamente podremos conseguirlo mediante la aplicación de un método racionalista en nuestro discurso individual o colectivo.
Escribía hace ya algún tiempo que o hacemos una masonería crítica, o estaremos haciendo algo que puede ser llamado como tal pero que no será más que un trabajo huero y sin la menor trascendencia, estaremos obviando una de las principales obligaciones de un masón o una masona, crecer como ciudadanos con todo lo que el propio concepto lleva consigo
He dicho
11 comentarios:
¿Me dices que no puede haber librepensadores creyentes? Tal vez sea difícil imaginar como librepensador a una persona atada a los dogmas, pero no todo creyente ha de ser un dogmático; existen muchas heterodoxias. Y tal vez, en aras del librepensamiento, resulte mucho más dogmático, menos humanista, poner barreras al encuentro con el diferente.
Querido Xuan, no digo que no pueda haber librepensadores creyentes si no que puede resultar complicado ser creyente en un dios revelado y mantener un pensamiento crítico, el concepto de fe nace precisamente para sustentar aquello que la razón no es capaz de comprender.
Por otra parte, mantener este discurso no presupone, en absoluto, poner barreras de ningún tipo al diferente porque ¿quien es diferente? Todos lo somos con respecto a otros.
Un afectuoso y triple abrazo fraterno
A mi me genera alguna pregunta que otra, la necesidad de transcendencia no viene de la razón ? Son los sentimientos, las percepciones de los sentidos parte de la razón?
Vamos, este no es mi campo, si hay alguno, pero la razón, como facultad de discurrir, no me parece la fuente de la necesidad de transcendencia o de la percepción. Se puede llegar a la Fe desde la razón pero seguro que desde parámetros erróneos pues algo que no está probado materialmente es difícil que exista "materialmente". Digamos que Fe y Razón juegan en dos ligas distintas. Este es un tema muy antiguo, medieval. Se puede tener fe y razonar pero nos se puede razonar para tener fe.
Creo que el planteamiento se hace a partir de una premisa falsa: la necesidad de la trascendencia. Lo correcto, entiendo yo, sería ¿es necesaria la trascendencia? si la respuesta es negativa se acabó la discusión y si fuese positiva entraríamos en un juego de posibilidades muy amplio en función de nuestros posicionamientos filosóficos, aunque esta ya sería otra historia
Y creen que hay diferencia entre la búsqueda pasiva de la trascendencia, léase fe, y la activa, misticismo?
Es el misticismo una mezcla de fe y razón ?
Estimado comunicante anónimo, como Vd. bien debe saber el misticismo es algo que tiene una relación directa y exclusiva con la religión (véase RAE, Wikipedia y otras fuentes tanto en Internet como en otro tipo de publicaciones), cualquier tipo de religión, y que como ya se ha comentado sobradamente religión y razón son dos conceptos que se excluyen al pertenecer aquella a la esfera de lo que se considera sobrenatural, mágico, y que por tato no requiere de la razón para su comprensión, es simplemente así aunque vaya en contra de la razón, la ciencia o la propia experiencia vital
Creo Spartacus, que ante todo debemos aceptar nuestra propia ignorancia, como premisa básica para poder aprender y "aprehender", ya que no existe mayor ignorante que aquel quien ignora su propia ignorancia. Elevar al rango de Verdad nuestra propia verdad parcial es, cuando menos, pretencioso y arrogante, y además cae en el dogmatismo que dices, Spartacus, que tú rechazas. Pues bien, vamos a ver, realmente tu actitud es, sino más, igual de dogmática que la de aquellos a quienes tú criticas. Y pretender que el Librepensamiento es lo que tú entiendes como Librepensamiento es elevar a dogma de fé tu parcial interpretación del Librepensamiento. Y cuando alquien hace eso no se comporta como librepensador sino como inquisidor. Y como dijo Shakespeare (creo que lo he escrito bien, supongo): "Hereje no es quien arde en la hoguera sino quien la enciende".
Y siento, y solo digo lo que siento, solo como mi verdad parcial y subjetivas, que tú, Spartacus, tienes la tendencia, quizás inconsciente, de lanzar demasiado fácil y rápidamente a muchos a la hoguera. Solo por el hecho de no darte la razón y por no admitir tu pequeña verdad como la "Gran y Única Verdad".
Leyendo yo estas anotaciones me sorprendió en mi humilde ignorancia que se acuse a alguien de dogmático por definir un término.
Pensaba yo que los lenguajes humanos, puesto que se hicieron para que la gente pudiera entenderse, se basaban en convenciones generalmente admitidas, por lo que cuando se define algo, según estas convenciones no se hace dogmatismo, a mi ignorante entender, sino que se aclaran conceptos, que muchas veces se tienen confusos, debido a esta tendencia humana de interpretar lo que no es interpretable.
Podemos pensar que un gato es una mesa, somos muy libres de pensarlo, pero es también muy posible que no nos entienda nadie, salvo que hagamos un nuevo idioma y tengamos la suerte de que el resto del universo nos lo acepte.
Buen rollito y buen humor, amigo Itaca.
Por mi parte nunca me ha faltado ni el buen humor ni el buen rollito, José, y también de acuerdo contigo en que un gato no es una mesa, y también en la necesidad de aclarar conceptos. Hemos dicho lo mismo con otras palabras, por lo que reitero lo dicho en mi anterior mensaje en todos sus términos. Eso sí, como digo, como dije y como diré, solo es mi opinión y tan respetable, tan válida y tan Verdad como la tuya, como la de Spartacus y como la de cualquier otro Ser Humano. No conozco a ningún Ser Humano inferior a mí. Hay aproximadamente unos 7.000 millones de Seres Humanos a los que debo considerar y considero mis iguales, independientemente de su sexo, raza, religión,opción política y cualquier otra anécdota. Lo que nos une a todos, a absolutamente todos, todos los Seres Humanos, es aproximadamente el 99,9% y apenas hay un 0,01% que nos separa. Esta es solo mi opinión, pero es la mía y tan válida como la tuya o la de Spartacus ó cualquier otro Ser Humano, que esté ahora vivo, que haya vivido ó que vaya a vivir.
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