Un día comencé a caminar sin tener una idea demasiado clara de hacia adonde me llevaría aquella senda por la que decidí encaminar mis inseguros pasos de Aprendiz masón, pasó el tiempo y mis pasos me llevaron, curiosamente, a un punto que aparentemente era el mismo en el que había comenzado mi camino. ¿Había caminado en círculo? Podría jurar que había avanzado algo aunque a la vista de mi ubicación tenía mis dudas. Miré, traté de situarme y pude advertir que me encontraba en un punto desde el que se vislumbraba el inicio de mi viaje. Bueno, me dije, parece que al menos has avanzado algo y con la extraña sensación de que caminaba pero sin conciencia clara de hacia donde ni de que manera, continué mi andadura.
Una nueva etapa y la misma sensación, la misma verificación y el mismo resultado.
Cada parada me dejaba en la vertical de las anteriores por lo que deduje que, de alguna manera, rehacía el camino andado aunque desde perspectivas diferentes, paisajes nuevos, nuevas enseñanzas, nuevas interrogantes. Llegué a la conclusión de que el camino iniciático no se trata de algo lineal, ni tan siquiera un viaje en el que se avanza y retrocede, se prueba, se comete un error y se vuelve a empezar. No, el camino es continuo, no hay vuelta atrás, tampoco se ve el final. Se trata, parece, de una especie de vía que se asemeja a un tornillo sinfín, una espiral en fin.
Con el paso del tiempo se va comprendiendo la imposibilidad de alcanzar alguna vez el final de nuestra andadura, el Conocimiento es algo inalcanzable y por eso debemos tener claro que el camino del masón es el del eterno aprendizaje, ir tomando pequeñas porciones de conocimiento que nos permitan mejorar personalmente y con ello ayudar al Progreso de la Humanidad.
De paso comprendí la futilidad de la discusión acerca del símbolo que adorna alguno de nuestros iconos, la famosa G, esa que para algunos es la inicial del término inglés Good, para otros Gnosis, primera letra de eso que puede ser concepto o acrónimo GADU o G.·.A.·.D.·.U.·., inicial de Gea .... en fin cualquiera de las múltiples explicaciones que se buscan para explicar la existencia de esa G y a la que yo, gracias a la Ha.·. Thérèse Willekens, acabo de descubrirle una más: el resultado de un error de transcripción de algún tipógrafo que creyo ver una G donde únicamente había una espiral, la que representa el camino por el que discurren los pasos de todo iniciado en masonería. Bueno, o quizás tampoco sea esto o quizás lo sea además y de la misma manera que cualquiera de aquellas otras interpretaciones. Aquí todo es símbolo y, afortunadamente, no sujetos a dogma alguno y abiertos a la especulación personal.
He dicho
He dicho
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