Esta frase de Therese Willekens me viene al pelo para introducir una serie de pensamientos que me rondan por la cabeza sobre las expectativas con las que cada día llegamos a la puerta del templo. Y es que algo que es una enseñanza primordial del trabajo masónico es que aquí nadie te va a dar nada que no busques tu activamente. Mas al contrario serás tu el que des, trabajaras en tu persona, en solitario y con el calor de tus hermanas y hermanos. Ellos te acompañaran muchas veces, y te descubrirán caminos e ideas, y te ayudaran a pulir tu piedra. Pero siempre será cada masón el que de al conjunto.
Por eso es curioso el afán que de vez en cuando vemos, en algunos hermanos , en hacer recuento de lo que no ha recibido, de algún otro que busca posiciones para no se que medalla, siempre profana.
Aunque para ser justo y honesto, la verdad es que, de vez en cuando, me siento a pensar, en ella, en el, personas honestas, que siempre están dando, siempre están trabajando, y nunca piden nada. Y veo como son ellos a los que visto crecer mas allá de medallas y blasones, de grados y conocimiento.
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