Parece razonable lo de la igualdad de oportunidades, el que todos tengamos ante la norma, ante la ley, ante la sociedad, ante la vida, la misma igualdad de oportunidades, pero si nos paramos a pensar un poco, veremos que esto no es mas que un engaño del sistema para que creamos que si no conseguimos algo es por falta de méritos propios, y nada más lejos de la verdad.
La vida no nos dota a todos de los mismos mecanismos para enfrentarnos a los diferentes retos con que nos vamos a encontrar, hay personas mas fuertes, las hay mas débiles, unas son mas listas que otras, algunas tenemos carencias que otras no tienen, las hay más pobres que no pueden acceder a determinadas cosas, no se desarrolla igual una persona en un ambiente y con unos medios que otra que carezca de ese ambiente y esos medios, de manera que al enfrentarse a los diferentes retos que tiene la vida no todos parten desde el mismo punto.
Creo que todos estaremos de acuerdo que ser negro en una sociedad de blancos es una desventaja, que tiene que superar dos dificultades, una demostrar que es bueno en lo que hace y otra contra los prejuicios que hay en la sociedad racista, o que ser mujer en una sociedad machista es un desventaja, que para demostrar su valía tiene que hacer más esfuerzo que el hombre, tiene que luchar contra los prejuicios de la sociedad, y, en la mayoría de los casos, cumplir con el papel asignado la mujer para poder ser aceptada en su entorno, ya no te quiero decir si eres mujer y negra en esta sociedad nuestra.
No existe la igualdad de oportunidades, lo que llamamos igualdad de oportunidades es una forma de engaño para tapar injusticias, pero todos sabemos que no es lo mismo ser pobre que rico ante la ley, ante la sociedad, ante el empleo, ante el amor o mejor dicho ante el emparejamiento, ante la posibilidades que se ofrecen en todos los campos, y es verdad que hay excepciones que se cubren con un exceso de voluntad y trabajo para acceder a determinadas cosas.
De manera que de lo que hay que hablar es de igualdad, de reparto, de derecho a tener los mismos derechos y no la misma meta en desigualdad, porque además no hay mas meta que la realización personal, no hay otro triunfo que el propio, que estar bien para estar feliz, no competimos con nadie para ser más ricos, ni más fuertes, ni mejores ministros, ni mas jefes, ni más listos ni más altos, somos lo que somos y eso nos da derecho a las mismas cosas que el resto. De nosotros depende quererlas o no, con nuestros actos y no en función de la igualdad de oportunidades, lo que cuenta es el esfuerzo que cada uno hace para su felicidad, el resto es vanidad, aunque sé que nadie estamos libre de ella, pero es una de las muchas cosas que tenemos que pulir de nuestra piedra.
Igualdad, ¿qué es la igualdad?, difícil saberlo, pero ser iguales quiere decir, creo yo, que se nos considerara con arreglo al principio de a cada cual recibirá según sus necesidades y cada cual aportara según sus capacidades, en una sociedad no de los mejores, en no se sabe qué, sino de todos.
Se me podrá decir que eso es lo ideal, pero que no es así en la vida cotidiana, que esta vida es otra cosa, y es verdad, pero nuestro deber es pulir, no coger y poner las piedras tal como están, por lo que trabajamos es por lo ideal, por la piedra pulida, no por lo existente.
Se me olvidaba, quizás lo de la cuota no es justo, pero es más justo que la igualdad de oportunidades.
Ángel
No hay comentarios:
Publicar un comentario