En el proceso de desapego que se ha de ir produciendo en el difícil camino de la iniciación interna y personal, nos vamos encontrando con distintos formas de metales simbólicos. El primero, más evidente y grosero es el apego a las cosas materiales, es desde mi punto de vista aquél donde más hincapié ponemos, y sin embargo quizá el más fácil de superar para un individuo mínimamente evolucionado.
¿Porqué entonces nos obcecamos en ver en él el mayor obstáculo? Probablemente porque los demás apegos son mucho más difíciles de distinguir y mucho mas costosos de erradicar.
En el proceso de desarrollo y evolución interna avanzamos en espiral, de tal forma que cuando creemos haber vencido un escollo de la personalidad, este vuelve a aparecer. En espiral porque aparece en distintos planos del ser, primero superamos la manifestación física de ese obstáculo, pero luego volvemos a encontrarlo en el plano de las emociones y posteriormente en el mental.
Quisiera pasar ahora a analizar esos obstáculos que comprenden los amplios campos de la ilusión y el espejismo.
Ilusión es, principalmente, una cualidad mental, algo que caracteriza la actitud mental de las personas. La ilusión es culpable de la incomprensión de las ideas, de las formas mentales (pensamientos) y de las malas interpretaciones.
Los individuos polarizados mentalmente se encuentran a veces sujetos a la ilusión de una forma mental creada, tan poderosa que a veces controla la actividad de su vida, sin dejarle ver en otras direcciones. Este tipo de ilusión es el que produce en el peor de los casos la insania mental o locura y en el mejor el fanatismo. El ser inmerso en esta ilusión no ve otro sentido a su vida, y se empeña en que los demás también la asuman en el misma medida. En los hombres más comunes la ilusión que abarca sus vidas es menos individual y responde a un sentir general y masivo.
El resultado es que la ilusión lleva al hombre a caer en diversos errores.
Uno puede ser la errónea percepción de una idea. En este caso el individuo no puede distinguir entre una idea y un ideal, entre una idea y una forma mental. También puede caer en una errónea interpretación. Esto ocurre cuando la idea es vista parcialmente distorsionada, quedando frecuentemente inutilizada; o cuando el hombre carece del mecanismo para la correcta comprensión. La incorrecta apropiación de las ideas, la falsa apropiación de una idea está basada en la tendencia de la personalidad a autoafirmarse. Esto hace que la persona se apropie de una idea, la formule, y por lo tanto le dé indebida importancia porque la considera suya. La errónea orientación de las ideas. se debe a que todavía la persona no ve el panorama tal como es. Su horizonte es limitado. Comienza a trabajar con la idea y a diseminarla en lugares donde es totalmente inútil; empieza a darle forma desde un ángulo completamente equivocado, de tal manera que su utilidad es nula. Esta es una de las formas de ilusión más comunes. La errónea materialización de las ideas, se refiere principalmente al hecho de intentar expresar la idea por medios que no son los adecuados; o que por las ansias de hacerla concreta y ponerla en actividad, no se note que se lo está haciendo a través de medios incorrectos, o al menos no por los medios adecuados para esa idea.
Hoy la ilusión es tan poderosa que existen pocas personas que no estén controladas en mayor o menor medida por estas vastas formas mentales ilusorias, las cuales tienen sus raíces y extraen su vida de la vida inferior de la personalidad y de la naturaleza de deseos de las masas. Es interesante recordar que estas formas mentales extraen también su vitalidad del reino de las ideas, pero de las ideas erróneamente intuidas, captadas y obligadas a servir al propósito egoísta de las personas.
El Espejismo es una cualidad de carácter emocional. Implica todo aquello que tenga que ver con sentimientos de cualquier tipo.
Las personas emocionales responden con más facilidad a la ilusión o espejismo mundiales, y a los suyos propios heredados y autoinducidos. El espejismo puede compararse con una bruma o niebla en la que la persona navega, distorsionando todo lo que ve y todo aquello con lo que hace contacto, evitándole ver clara y realmente la vida o las condiciones que lo circundan tal como esencialmente son. El individuo algo avanzado es conciente del espejismo y ocasionalmente ve, en un destello, en qué dirección se halla para él la verdad. Igualmente suele ser víctima del espejismo: se disgusta consigo mismo; camina entre brumas sin ver las cosas como son; lo engañan las apariencias, olvidando lo que ocultan; lo envuelven las reacciones generadas por cada ser humano, y a través de todo esto observa un mundo distorsionado. Estas reacciones y todo lo que las rodea se fusionan y mezclan con el espejismo y niebla mundiales, formando parte de las emanaciones (pensamientos, sentimientos, ideas, comportamientos) insalubres producidas durante miles de años por las masas humanas.
El espejismo es muy fuerte debido principalmente a que es algo tan antiguo que le resulta difícil al ser humano percibirlo o comprenderlo, siendo el resultado de una larga actividad del deseo humano.
Hay distintas ideas equivocadas o espejismos que "esclavizan" a la humanidad impidiendo su normal evolución.
El espejismo del materialismo es la causa de la presente angustia mundial, pues lo que llamamos "problemas económicos" no son más que el resultado de la aplicación de ideas equivocadas. Nadie dice que para despegarse de este espejismo deba abandonarse toda pertenencia material (lo cual constituye en sí mismo una percepción sumamente errónea del asunto) sino, como se dijo antes, se debe buscar la esencia del materialismo y el dinero, dejándole las razones verdaderas por la cual existen y quitándoles todo poder que no les sea propio. Sólo cuando el hombre adquiera una nueva norma de valores recuperará el derecho a la propiedad y a la posesión.
El espejismo del sentimiento mantiene a la gente sumergida en una densa bruma de reacciones emocionales. El amor, para la mayoría de la gente, no es realmente amor sino una mezcla de deseo de amar y deseo de ser amado, más un deseo de realizar cualquier cosa para demostrar y evocar ese sentimiento y, en consecuencia, sentirse más cómodo en su propia vida interna. Este falso amor caracteriza a innumerables reacciones humanas. Ilusionados por un sentimiento hacia ellos y conociendo muy poco el amor del alma, que es libre en sí mismo y deja libres también a otros, deambulan en una densa bruma, hundiendo a menudo con ellos a quienes desean servir, esperando recibir afecto recíproco. Todo esto aprisiona y confunde a mucha gente, imponiéndole obligaciones que no existen, entre otras cosas.
Hay otros "espejismos", derivados en mayor o menor medida de alguno de estos dos o de las distintas combinaciones entre ambos.
La profunda desconfianza respecto a las propias reacciones hacia la vida y las circunstancias despiertan a veces crítica, orgullo o separatividad. Estas características engendran la ilusión y el espejismo. Si una persona puede liberarse de estas tres características, está bien encaminado para abandonar y disipar toda ilusión y espejismo.
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