viernes, 24 de diciembre de 2010

Bertrand Rusell, por qué no soy cristiano


Lo que sigue es una parte del prefacio de la conferencia que Sir Bertrand Rusell pronunció el 6 de marzo de 1927, en el Ayuntamiento de Battersea, bajo los auspicios de la Sociedad Laica Nacional, publicada en el libro "Por qué no soy cristiano" de la colección Pensamiento Crítico del diario Público
........El daño que hace una religión es de dos clases, una dependiente de la clase de creencia que se considera que se debe profesar, y otra dependiente de los dogmas particulares en que se cree. Con respecto a la clase de creencia, se considera virtuoso el tener fe, es decir, tener una convicción que no puede ser debilitada por la evidencia contraria. ahora bien, si esa evidencia induce a la duda, se sostiene que debe ser suprimida. Mediante semejante criterio, en Rusia los niños no pueden oír argumentos en favor del capitalismo, ni en Estados Unidos en favor del comunismo. Esto mantiene intacta la fe de ambos y lista para una guerra sanguinaria. La convicción de que es importante creer esto o aquello, incluso aunque un examen objetivo no apoye la creencia, es común a casi todas las religiones e inspira todos los sistemas de educación estatal. La consecuencia es que las mentes de los jóvenes se desarrollan y se llenan de hostilidad fanática hacia los que detentan otros fanatismos y, aún con más virulencia, hacia los contrarios a todos los fanatismo. El hábito de basar las convicciones en su prueba y de darles sólo el grado de certeza que la prueba autoriza, si se generalizase, curaría la mayoría de los males que padece el mundo. pero, en la actualidad y en muchos países, la educación tiende a prevenir el desarrollo de dicho hábito, y los hombres que se niegan a profesar su fe en algún sistema de dogmas infundados no son considerados idóneos como maestros de la juventud.

Los anteriores males son independientes del credo particular en cuestión y existen igualmente en todos los credos que se ostentan dogmáticamente. Pero también hay, en la mayoría de las religiones, dogmas éticos específicos que causan daño definido. La condenación católica del control de la natalidad, si prevaleciese, haría imposible la mitigación de la pobreza y la abolición de la guerra. Las creencias hindúes de que la vaca es sagrada y que es malo que las viudas se vuelvan a casar causan un sufrimiento innecesario. La creencia comunista en la dictadura de Verdaderos Creyentes ha producido toda clase de abominaciones.

Se nos dice que sólo el fanatismo puede hacer eficaz un grupo social. Creo que es totalmente contrario a las lecciones de la historia. Pero, en cualquier caso, sólo los que adoran servilmente el éxito pueden pensar que la eficacia es admirable sin tener en cuenta para que sirve. Por mi parte, creo que es mejor hacer un bien pequeño que un mal grande. el mundo que me gustaría ver sería un mundo libre de la virulencia de las hostilidades propias del grupo, capaz de poner en pie una felicidad para todos, que derivaría más de la cooperación que de la lucha. Querría ver un mundo en el que la educación tendiese a la libertad mental en lugar de encerrar la mente de la juventud en la rígida armadura del dogma, calculado para protegerla durante toda su vida contra los dardos de la prueba imparcial. el mundo necesita mente y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas, ya sean viejos o nuevos

1 comentario:

Fisterra dijo...

Estooo ¿ Por qué se ha datado el post( muy interesante, por cierto)con fecha 6 de enero de 2011?
Saludos cordiales.
Fisterra.