miércoles, 15 de agosto de 2012

Para hacer Masonería: Al fondo al sitio




Cuando hablamos de las carecterísticas definitorias de nuestra Orden solemos poner énfasis en la mixidad, quizás en el internacionalismo, pero en muy pocas ocasiones nos  detenemos en un rasgo que para mi tiene cada día mayor importancia y es el que podemos definir con un "aqui cabe cualquiera" -señalando que ese "cualquiera" debe cumplir el mínimo de tratarse de una persona "libre y de buenas costumbres", cuestiones en las que no voy a entrar por haber sido tratadas en ocasiones anteriores en éste mismo blog .

Bien es cierto que la masonería en general es un grupo especialmente proclive a admitir en su seno a una gran diversidad de personas, pero no es menos cierto que en Le Droit Humain la cuestión se lleva hasta el límite. No se trata únicamente de una cuestión de sexos o de géneros, nacionalidades, diversidad social, económica, intelectual o ideológica, si no de algo mucho más profundo al tratarse de una asociación, de un grupo humano, con una característica definitoria clara: la cuestión iniciática y como base el rito.

En nuestras logias, de forma mayoritaria, se practica el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, aunque con algunas peculiariedades propias de la Orden, lo que no es óbice para que se practiquen otros ritos como el "Lorendal" con una clara carga teosófica pero que convive sin mayor problema con el laicismo del REAA.

Se me podrá oponer, es bien cierto, que en otras obediencias se da el mismo tipo de convivencia entre diferentes sensibilidades ritualísticas y que, faltaría más, en lo personal cabe cualquier pensamiento que se encuentre dentro de los límites más arriba señalados. Pero no es menos cierto que esa convivencia se produce con una clara separación administrativa entre los diferentes colegios de ritos de tal manera que la unión completa se da, sólo, en las logias azules, grados 1º, 2º y 3º, y comienza a diverger en los denominados filosóficos. En le Droit Humain, como no y como en tantas otras cosas, se quiso ir más allá desde sus inicios y por ello no existe separación entre unas logias y otras, el camino iniciático se inicia en el primer grado y termina, sin solución de continuidad, en el Grado 33º y último del REAA.







 

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