lunes, 20 de septiembre de 2010

La masonería ni se mete en política ni es anticlerical



«La iniciación y el ritual son lo más importante en masonería, pues si buscáramos sólo la solidaridad externa podríamos ser cualquier ONG. Trabajamos para una espiritualidad laica»



Paloma Martínez, presidenta de la Federación española de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain - El Derecho Humano, entrevistada por Blanca Torquemada con motivo de la presentación del libro Grandes Maestres , tenéis la palabra en el Ateneo de Madrid.



Entre lo del «contubernio» y la imprecación de «rojo masón», aún cargan ustedes con muchas etiquetas.  

-Que perduran, y de qué manera. Y es curioso, porque gente joven que no tiene ni idea de la masonería aún carga con el prejuicio de que se trata de algo horroroso. Y eso que no son de la generación de mis padres ni de la mía, que mamamos esos ataques constantes...  

Quizá porque en pleno siglo XXI resulta fácil de entender su veta filantrópica (defensa de la igualdad y de la tolerancia), pero difícil no recelar de lo de la «iniciación» y el ritual, tan críptico.  

-Pues es lo más importante en la masonería. Es el aspecto de la espiritualidad. El camino iniciático del ritual nos sirve para la mejora personal y para aprender a escuchar. Así cada uno contribuye a construir el Gran Templo de la Humanidad. Si nuestro objetivo fuera sólo la solidaridad externa, podríamos ser cualquier ONG, nada nos distinguiría.

Cuénteme cómo se desarrolla ese ritual.  

-Es muy fácil. En una tenida reunión de masones vamos más allá de lo que de otra manera sería una simple tertulia gracias al método, que es un ritual para conseguir un determinado clima en el que lo que van a decir los demás no se escucha de la misma manera que si estuviéramos en una tertulia. Hay un profundo respeto a la palabra del otro. En nuestras tenidas, nosotros hablamos de «dejar los metales fuera». Si traes preocupaciones porque has tenido un mal día, has de dejarlos en la puerta.  

¿Qué se cuece en una logia?

-La logia es un espacio simbólico y altamente jerarquizado en el que a cada miembro se le asigna una tarea. Cuando alguien está en el uso de la palabra, no se le puede interrumpir. Los aprendices, durante un año, sólo escuchan y no intervienen. Trabajamos sobre símbolos porque el hombre los ha utilizado desde siempre, ya que expresan lo que somos incapaces de poner en palabras. Y cada símbolo no tiene por qué significar lo mismo para todos porque para nosotros no hay dogma.  

Pero sí hay ramas masónicas dogmáticas.  

-La otra gran corriente de la masonería defiende el dogma de la creencia en la divinidad. Nosotros no tenemos absolutamente ningún dogma. Para nosotros está la razón primero y antes que nada, pero eso no quiere decir que en nuestras logias sólo entre gente que sea adogmática o atea. Para nada. Somos absolutamente respetuosos.

Por razones históricas, en España se asocia masonería a anticlericalismo.  
 -La masonería no es así. Queremos que creyentes, agnósticos y ateos trabajemos juntos por una espiritualidad laica.  

Y han promovido ustedes un «manifiesto laico» que cuestiona el convenio Iglesia-Estado.

-Pero eso no es anticlericalismo. Fíjate que en Francia en 1905 es el momento en el que se separan la Iglesia y el Estado. Ahora se dice «qué problema el de los musulmanes», al ver que una religión hace política. Por eso pedimos que la religión se quede en su ámbito, que es el privado. Con lo cual no es que no queramos que la Iglesia esté. Para nada. Pero sí que estén donde les corresponde.  

Sus «liturgias», sin embargo, suenan a mecanismo sustitutivo de la religión.

-No. Porque las personas hacemos rituales todos los días, nos facilitan la existencia. Para nada hay que ligar el ritual a la religión.

¿Cuántos masones hay ahora en nuestro país?

-Dos mil y pico. Cerca de tres mil si tenemos en cuenta a los jubilados ingleses... Estamos en un periodo de reconstrucción. La masonería no se ha llevado bien con las dictaduras (ni de derechas ni de izquierdas) y la represión franquista sobre los masones fue brutal. Porque trufar una sociedad de conciencias libres es muy peligroso para los dictadores. No les gusta que sea una conciencia libre ni el profesor de escuela ni el zapatero de la esquina...

¿Y el Zapatero de La Moncloa gasta mandil?

-Zapatero no es masón. Lo dicen para alimentar el tradicional morbo de la relación entre la masonería y el poder, cuando en la masonería liberal la participación en política no está entre nuestros objetivos y en una misma logia puede haber masones del PP, del PSOE o de CiU. Y hay un dato histórico: jamás una logia ni una federación de masones se ha presentado a unas elecciones.

4 comentarios:

Mauricio Javier Campos dijo...

QQ.·. HH/HHnas.·., tomaré prestada la entrevista para reproducirla en mi blog.
Un TAF

Anónimo dijo...

QQ:.HH:. vuestra nota es excelente y precisa, pero discrepo con la M:.R:.Hna:. Paloma Martínez respecto a algunas cosas que aquí afirma.
La Masonería - si realmente se precia de luchar por los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad - y si así lo ameritan las circunstancias, SÍ se mete en política.
De hecho, en muchos países de América estamos celebrando el Bicentenario de nuestra Independencia, y la Masonería tuvo MUCHO que ver con ello.
Respecto a lo "anti-clerical", la Masonería no está en contra de la Iglesia Católica como Institución y menos aún de su doctrina, pero SÍ está en contra del clero oscurantista, de la represión de las ideas, del ocultamiento de delitos aberrantes, y de todo lo que contradiga la Moral y las buenas costumbres, que parta de hombres que son considerados "Pastores" de la grey, e intermediarios entre la Divinidad y el hombre común.
Fraternos saludos.

Masonería Mixta dijo...

Ya que "la Masonería" como tal no existe es dificil que ayudara a independizar América. Quien si lo hizo fueron masones individuales que anteponian la Libertad a sus privilegios y haciendas.

Spartacusdh dijo...

M:.Q:.H:., yo creo que la Ha:. Paloma se refiere a la política de partidos y no a la Política. Es evidente que todos nuestros actos tienen una connotación política y los masones no podemos substraernos a ello y, por ejemplo, cuando exigimos el derecho a morir con dignidad estamos haciendo Política con mayúsculas.

Fraternalmente