sábado, 13 de febrero de 2010

GADU O PROGRESO DE LA HUMANIDAD




La cuestión a la que me referiré en las líneas siguientes ocupa, desde hace mucho tiempo, el centro de un importante debate en el seno de la masonería universal y ha sido el desencadenante del gran cisma de la masonería en el siglo XIX. No es esta una cuestión trivial a pesar de que muchos así lo piensen ya que en tras ella se encuentra la negación o no del principio de libertad de pensamiento y de conciencia.

Podría ser conveniente remontarse a los orígenes de la masonería especulativa, allá por 1723, para centrar un poco la cuestión y así, podemos observar como las Constituciones de Anderson en su primera redacción dicen:

"Un Masón está obligado por su título a obedecer la Ley moral y si comprende bien el Arte, no será jamás un ateo estúpido, ni un libertino irreligioso. Sin embargo, en los tiempos antiguos los Masones fueron inducidos en cada país a pertenecer a la religión de ese País o de aquella Nación, cualquiera fuese, no obstante, se le considera ahora como aceptable de someterlo a la Religión que todos los hombres aceptan, dejando a cada uno su particular opinión, y que consiste en ser hombres buenos y leales u hombres de honor y de probidad, cualesquiera fuesen las denominaciones o creencias que pudiesen distinguirlos; de este modo, la Masonería deviene el centro de unión y el medio de anudar una verdadera amistad entre personas que hubiesen debido permanecer perpetuamente alejadas entre sí."

Este texto fue enmendado en dos ocasiones en 1728 y en 1813 con el fin de adecuarlo a las posiciones defendidas por la Gran Logia Unida de Inglaterra (GLUI) haciéndolo, curiosamente, cada vez más restrictivo hasta el extremo de que su última redacción quedó como sigue:

"En lo que respecta a Dios y la Religión: un masón está obligado, por su título, a obedecer la ley moral y si comprende bien el Arte, él no será jamás un ateo estúpido ni un libertino irreligioso. De todos los hombres, él debe comprender mejor que Dios ve de otra manera que el hombre, pues el hombre ve la apariencia externa, en tanto que Dios ve el corazón. Un masón está, en consecuencia, restringido a no actuar nunca en contra de los mandatos de su conciencia. Cualquiera sea la religión del hombre o su manera de adorar, no está excluido del Orden, considerando que el cree en el glorioso arquitecto del cielo y de la tierra y que él practica los deberes sagrados de la moral. Los masones se unen a los hombres virtuosos de todas las creencias en el lazo sólido y agradable del amor fraternal, que les enseña a ver los errores de la humanidad con compasión y a esforzarse por la pureza de su propia conducta, de demostrar la alta superioridad de la fe particular que ellos profesen".

Como se puede observar en esta última redacción aparece, claramente restrictiva con respecto a la redacción original, por primera vez la referencia al GADU bajo la cita "... el glorioso arquitecto del cielo y de la tierra.....". Casi cien años de vida masónica especulativa no habían servido más que para que la intransigencia se enseñorease de las LL:. bajo la cúpula de la GLUI, lo que habría de llevar a la ruptura con las obediencias continentales tras el rechazo a la exigencia de creer en un ser superior por parte, primero, del Gran Oriente Belga (GOB) y, después, del Gran Oriente de Francia (GOF).

Por lo que hace al Derecho Humano, que nace considerando ya totalmente superadas las Constituciones de Anderson (no podría ser de otra manera en una Orden que se crea para que la mujer tenga el sitio que aquellas le negaron durante más de cien años e incluso en la actualidad) y con una clara vocación laica y una total apertura a creyentes en todas sus manifestaciones, agnósticos y ateos, la cuestión se dirime mediante la utilización de dos fórmulas posibles en la apertura y cierre de los trabajos: a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo y al Progreso de la Humanidad o, simplemente, Al Progreso de la Humanidad.

Parece claro que la cuestión del GADU puede ser interpretado de múltiples y diversas maneras que van desde aquella que considera a este como la denominación masónica de Dios, el dios de los cristianos en todas sus acepciones, de los judíos o de los mahometanos, hasta para quienes el acrónimo representa la fuerza creadora, divinidades más o menos formales, concepciones teistas y cualquier otra manifestación que lleve implícita la trascendencia. En cualquier caso y si nos atenemos al significado que históricamente tiene, es claro que el término se entiende como una referencia a la divinidad sea esta cual sea lo que, indudablemente, produce un claro rechazo en todos aquellos que se sienten identificados con creencia alguna o que consideran que esta es una cuestión estrictamente privada que no tiene porque contaminar en modo alguno la actividad pública, aunque sea en círculos tan restringidos como es el del taller masónico.

Sería bueno que la masonería procurase utilizar aquellas fórmulas en las que todos nos vemos representados con el fin de procurar, no ya la felicidad del mayor número posible de sus miembros, si no la necesaria armonía que lleve nuestros trabajos en alas de la paz y la concordia.

He dicho

6 comentarios:

mauricio javier campos dijo...

Sin duda, PROGRESO !!!

JOSE ALBERTO dijo...

Muchas veces, las terminologias han provocado, grandes conflictos inecesarios, por no tener la capacidad, de interpretar la amplitud de estos.Un termino, puede significar para unos una cosa y para otros, otra muy distintas. El GADU, para mi es, el Gran Arquitecto (el que construye). Para algunos puede ser Dios, el Sol, la Luna, la evolución de las especies etc.etc. Por ello considero, que este "Termino" bajo mi punto de vista, es apropiado para la Masonería. Y que cada uno, lo interprete como quiera y prefiera.

hego dijo...

Realmente, si cuando se habla palabras se dicen, deberíamos regirnos sólo y exclusivamente por las definiciones de los diccionarios.

La grandeza de la Francmasonería Universal es ser capaz de "desprogramar" nuestras mentes y hacernos partícipes del libre pensamiento.

Por eso trabajamos simbólicamente, claro que cuando dejamos el símbolo de lado y sólo nos quedamos con la literalidad, pasa lo que pasa. Cada uno interpreta a su gusto las palabras y eso no es bueno para la reunión de lo disperso.

Seamos pues generosos y trabajemos dentro de nuestras constituciones sin pretender interpretarlas.

Gonzalo dijo...

Totalmente de acuerdo con el post anterior... ¡Más trabajo de escuadra!

anubis dijo...

CIELO E INFIERNO
Un belicoso samurai desafió en una ocasión a un maestro zen a que explicara el concepto de cielo e infierno.
Pero el maestro respondió con desdén:
—No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!
Herido en lo más profundo de su ser, el samurai se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó:
—¡Podría matarte por tu impertinencia!
—Se acaban de abrir las puertas del infierno —repuso el maestro con calma.
Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el samurai se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al maestro la lección.
—Se acaban de abrir las puertas del cielo —añadió el maestro.
Pequeño cuento zen que nos de forma sencilla sobre la transcendencia de nuestra naturaleza.
Exista o no el GADU, creamos en él o no, lo cierto es que son nuestras actitudes y nuestras acciones lo que pueden hacer de esta vida un cielo o un infierno.
No es este el espacio, por lo breve de los comentarios para hacer una disertación sobre lo que para mi significa el GADU, simplemente quería señalar que según mi punto de vista, tanto si creemos o no en él, lo que nos une a todos es la creencia en la posibilidad de transformar la sociedad para construir un mundo más justo, solidario, libre y fraternal. Y desde mi humilde punto de vista el Progreso de la Humanidad y el GADU no están enfrentados (según mi concepción, claro), sino que se identifican.
Entiendo sin embargo, que algunos HH:. tengan un concepto del GADU asimilado a la cultura cristiana, y que este concepto les haga rechazar el término, que como dijo alguien anteriormente es mucho más ambiguo.
Es por ello, que el Progreso de la Humanidad es la fórmula en la que todos estamos de acuerdo, dejando por supuesto la libertad a que luego cada cual dedique sus trabajos a su concepto de GADU o no.

hego dijo...

El M.·.Q.·.H.·. Spartacus se ha empeñado en hacerme trabajar... y lo ha conseguido!! :)

Después de buscar y rebuscar entre diferentes diccionarios, gramáticas, diferentes tipos de lógicas (filosófica, matemática, booleana, informática, etc.)al fin!! EUREKA!! La maravillosa página www.rae.es de nuestra Real Academia de la Lengua Española me ha indicado donde consultar y obtener la verdad, sin interpretaciones.

Por tanto y con todo mi cariño reproduzco y creo que se va a poder entender, sin necesidad de interpretar, la explicación a la utilización de la forma "y/o".

Primero voy a reproducir la interpretación que se da en el artículo de referencia:

...la cuestión se dirime mediante la utilización de dos fórmulas posibles en la apertura y cierre de los trabajos: a la Gloria del Gran Arquitecto del Universo y al Progreso de la Humanidad o, simplemente, Al Progreso de la Humanidad...

Ahora el Diccionario Panhispánico de Dudas:

y/o. Hoy es frecuente el empleo conjunto de las conjunciones copulativa y disyuntiva separadas por una barra oblicua, calco del inglés and/or, con la intención de hacer explícita la posibilidad de elegir entre la suma o la alternativa de dos opciones.


M.·.Q.·.H.·. Spartacus, gracias por hacerme crecer.

Un T.·.A.·.F.·.